"La sociedad no puede financiar carreras que generen parados"
El doctor en Pedagogía y Psicología Mario de Miguel (Carbayín, Asturias, 1941), catedrático de Métodos de Investigación en Educación de la Universidad de Oviedo, defiende a ultranza un cambio del rol del profesor universitario, que pasa por valorar académicamente su excelencia por su función docente tanto o más que por su labor investigadora, como viene ocurriendo en los últimos 20 años. Así lo explicó ayer en los Cursos de Verano de la UPV, donde habló sobre Calidad y docencia universitaria.
Pregunta. ¿Esa transformación favorecerá la calidad de la enseñanza?
Respuesta. La calidad de la docencia está comprometida con un cambio de las tareas que ha de hacer el profesor. Tiene que dar menos lecciones magistrales y realizar otro tipo de tareas que ayuden a los alumnos a aprender por sí mismos. Tenemos que formar a los profesores para que se adapten a ese nuevo rol, exigido en el marco del Espacio Europeo de la Educación Superior.
P. ¿Los profesores están por la labor de ese cambio?
R. Están expectantes. Creo que son receptivos a cualquier tipo de innovación. Pero también están pendientes de ver si el esfuerzo les va a ser gratificado desde el punto de vista académico.
P. ¿Predomina pues todavía el modelo clásico de enseñanza?
R. Sí, la innovación de la metodología docente en la universidad es mucho más lenta que en los sistemas no universitarios. Depende también de los sectores. Campos como el del Derecho están más vinculados a prácticas clásicas que el de las ciencias de la salud, por ejemplo. La revisión de las prácticas docentes implicará asimismo un cambio generacional.
P. ¿Qué opina del nuevo mapa de titulaciones propuesto, en el que las humanidades no salen bien paradas?
R. No digo que esta propuesta sea la más optima, pero es preciso ofertar títulos con una vinculación laboral. Y la reducción de titulaciones se entendía en esta línea.
P. Pues ha provocado protestas.
R. Los colectivos académicos afectados han reaccionado en defensa de intereses gremiales.
P. ¿Se trata quizá de no alimentar aquello de que la universidad está formando futuros parados?
R. La sociedad tiene que rentabilizar los recursos, no puede permitirse financiar carreras que generen parados. Otra cosa es que exista la competitividad normal para la inserción laboral. Además, reducir las titulaciones de grado no significa que no pueda haber títulos con un carácter cultural, de formación personal, subvencionados o costeados por el alumno.
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