Blair pide calma pese al grave atentado
La policía propone ampliar a tres meses la detención preventiva de sospechosos de terrorismo
"No quiero minimizar estos incidentes que, por supuesto, han sido muy graves", aseguró Tony Blair en su primera intervención tras el segundo atentado simultáneo, o intento de atentado, ocurrido ayer en Londres. El primer ministro de Reino Unido pidió calma a la población y recomendó normalidad en las actividades de los residentes y visitantes de la capital. Rechazó relacionar lo ocurrido con la política exterior británica (una referencia a Irak) y habló de la necesidad de "desmantelar" las redes de radicales que "combinan" una interpretación "endiablada del islam con el terrorismo".
Blair suspendió ayer un compromiso en el este de Londres para reunirse en los sótanos del número 10 de Downing Street con su gabinete de crisis, llamado grupo Cobra, que incluye a los ministros de Exteriores, Jack Straw, y de Defensa, John Reid, y al máximo responsable policial de Londres, Ian Blair. Al saltar la alarma, hacia las 13.00 (14.00 horas en la España peninsular), el primer ministro almorzaba en su residencia con su homólogo australiano, John Howard. Juntos comparecieron un par de horas después ante los medios de comunicación con un mensaje inequívoco: las bombas nada tienen que ver con la invasión de Irak. Ambos países tienen desplegadas tropas en ese país.
Blair recordó que los pueblos por cuyas causas dicen actuar los fundamentalistas -palestinos e iraquíes, entre ellos- "prefieren la vía democrática" y advirtió de que los únicos responsables de los atentados de ayer y del 7 de julio son "los terroristas". Howard hizo hincapié en el hecho de que la matanza de Bali -con 202 muertos, incluidos 88 australianos- y el 11-S en Estados Unidos se produjeron antes de la ofensiva iraquí.
Objetivo: asustar
"No quiero minimizar estos incidentes, que, por supuesto, han sido muy graves", dijo Blair. "Sabemos por qué hacen estas cosas: para asustar y preocupar a la gente. Debemos reaccionar con calma y continuar con nuestras actividades de la forma más normal posible", dijo en un mensaje dirigido a los londinenses y a los turistas. El primer ministro no aportó detalles sobre la naturaleza de los atentados. El alcalde de Londres, Ken Livingstone, recordó, por su parte, que "no es ninguna sorpresa" sufrir "otro intento de acabar con vidas humanas" en una ciudad castigada en el pasado por el terrorismo irlandés. "Lo superamos entonces y volveremos a hacerlo", dijo, tras señalar que no existe ninguna tecnología práctica para reforzar la seguridad en la red suburbana, que utilizan tres millones de personas diariamente. "La única que conocemos es la que se emplea en los aeropuertos y su aplicación sería inviable en el metro", advirtió.
Los atentados de los últimos 15 días no han pasado, de momento, factura política al primer ministro. Por el contrario, todos los partidos prestan una colaboración casi total a las iniciativas gubernamentales para reforzar la legislación antiterrorista, agilizar la deportación de extranjeros sospechosos y vetar la entrada en el Reino Unido de personas de "conducta inaceptable", según el término empleado esta semana por el ministro del Interior, Charles Clarke. El responsable del Home Office se refería a extremistas que "fomentan o provocan actos de terrorismo", ya sea en discursos de corte religioso, en sitios de Internet o en los medios tradicionales de comunicación.
Más difícil será mantener el consenso ante la última propuesta policial. En una reunión de Blair con las fuerzas de seguridad e inteligencia, acordado antes de los incidentes, la policía pidió prolongar hasta tres meses el plazo legal de detención de un sospechoso de terrorismo. Este periodo se extendió, hace dos años, a 15 días.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.