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Crítica:FERIA DE VALENCIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fracasó el invento de la mixta

No funcionó el invento de la mixta. Desubicados de su verdadero sitio los tres actuantes, ni hubo estímulo ni competencia. Una tarde muy gris. La primera y única ovación cerrada no llegó hasta el cuarto toro, el segundo de Hermoso. Surgió montando a Chenel, en cabalgada de costado y con el toro, que dio gran juego, muy pegado. Una demostración que tuvo su colofón cuando dejó, al quiebro, una banderilla en todo lo alto. Encendida la gente, todo lo que vino después junto a Chicuelo y Nativo fue la perfección. Con Chicuelo llegó mucho a la gente por las piruetas por la cara del toro y con Nativo, el acierto con las banderillas cortas elevó su actuación. Una gran tarde y un triunfo asegurado que se esfumó al matar. Muy académico también, algo más frío, estuvo con el primero. El toro, muy templado en principio, perdió recorrido y acabó apagado. Sacó a Labrit en banderillas y tras algún amago, porque el toro no llegaba, clavó con acierto. Con Silveti mantuvo la línea de pulcritud.

Bohórquez, Algarra, Zalduendo / Hermoso, Ponce, Cayetano

Dos toros para rejones de Fermín Bohórquez, otros dos de Luis Algarra y dos novillos de Zalduendo. De desigual presencia y escaso juego. Pablo Hermoso de Mendoza: un rejón (saludos); dos rejones y dos descabellos (saludos). Enrique Ponce: dos pinchazos -aviso- y otro más (silencio); media tendida y tres descabellos (algunos pitos). Cayetano: pinchazo y media (saludos); estocada -aviso- (saludos). Plaza de Valencia. 21 de julio. 6ª de feria. Tres cuartos de entrada.

Entre el viento, que molestó en el segundo, y la sosería del quinto, una gris actuación de Ponce. Equivocó su planteamiento en esta feria y lo pagó. También todo muy frío en el dócil segundo, que se vino a menos. Planteó la faena en el tercio, pero al viento se sumó la poca entrega del toro y la faena nunca tuvo reacción. El quinto, que flojeó mucho, no arrancó nunca. Se dejó pegar en varas, pero ya dio muestras de flojedad tras el primer encuentro con el caballo. Ponce volvió a plantear la faena sobre las rayas, pero esa labor no fue nunca ni hacia adelante ni hacia atrás. Con todo carente de emoción, se aburrió con él Ponce y abrevió.

En exceso solemne Cayetano en el tercero. Tuvo entrega ese novillo en el caballo en dos varas de considerable castigo, que lo acusó en la muleta al no acabar nunca el viaje. A Cayetano no le dejó rematar nunca los muletazos. Bien iniciados, compuestos y con cierto sello, eran una obra al 50%. Siempre fuera del tercio, incluso en los medios, los mejores apuntes los trazó sobre la mano derecha. No dejó de ser un boceto de faena, llena de buenos detalles pero muy corta de emoción. En el sexto las intenciones siempre fueron buenas, otra cosa el resultado. Se defendió más este novillo que incluso le puso en apuros. Ni con la derecha ni con la izquierda logró hilvanar dos muletazos seguidos. Hubo poca limpieza, todo fue como más vulgar en éste y los desarmes que sufrió hicieron que la faena resultara un conjunto desordenado.

Ni los dos toros de Algarra, ni los dos novillos de Zalduendo ayudaron. De justa presencia, flojos y con muy poca emoción, contagiaron a los toreros, sobre todo en el caso de Ponce, que lo acusó mucho.

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