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China cede a las presiones e inicia el proceso a un cambio flexible del yuan

El banco central revalúa un 2% la divisa, que ahora fluctuará contra una cesta de monedas

Tras dos años de presiones políticas y especulaciones en los mercados, China revaluó ayer el yuan, que dejará de estar ligado al dólar para pasar a fluctuar de forma limitada (un 0,3%) contra una cesta de monedas. El Banco Popular de China apreció un 2% la divisa china, hasta 8,11 yuanes por billete verde. El tipo de cambio había permanecido prácticamente fijo en 8,28 desde 1997, lo que había provocado las protestas sobre todo de Estados Unidos, que consideraba que otorgaba una ventaja competitiva a las empresas del gigante asiático. La decisión podría ser la primera de una serie de revaluaciones.

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El banco central aseguró que "el movimiento está destinado a suavizar los desequilibrios comerciales, impulsar la demanda doméstica e incrementar la competitividad de las compañías chinas".

"También ayudará a aumentar la independencia de la política monetaria, mejorar la efectividad de los controles financieros (...) y a estabilizar los precios y recortar los costes de las empresas", afirmó la entidad.

La moneda china, también conocida como renminbi, podrá oscilar un 0,3% arriba y abajo respecto al cierre del día anterior, flexibilidad que tenía hasta ahora, pero que Pekín había decidido no utilizar. Las autoridades monetarias no han revelado las divisas que integran la cesta, pero se considera que entre ellas están las de sus principales socios comerciales. Es decir, el euro, el yen, el dólar y otras divisas asiáticas.

La última vez que el Gobierno chino modificó su régimen de cambio fue en 1994, cuando devaluó el yuan más de un 50%, desde alrededor de 5,70 a 8,30. De ahí lo revaluó ligeramente tres años después hasta 8,28, valor en el que se ha mantenido hasta ahora.

El banco central ha dejado abierta la puerta a nuevos cambios "cuando sea necesario de acuerdo a las circunstancias del mercado, así como a la situación económica y financiera". Una indicación que ha alimentado las sospechas de que éste ha sido un primer paso y que en el futuro habrá nuevas revaluaciones. Washington deseaba una apreciación de al menos un 10%, el mismo porcentaje que el banco de negocios JP Morgan Chase dijo ayer que calcula que el renminbi subirá en un plazo de un año. Malaisia reaccionó rápidamente a la decisión china y dijo que ha suprimido también la dependencia del dólar de su moneda -el ringgit-, que ha pasado a un sistema de flotación controlada.

El yen fue la moneda que más celebró la decisión china, al apreciarse frente a la mayor parte de las divisas y registrar su mayor subida frente al dólar desde el 7 de marzo de 2002. El dólar se llegó a cambiar a 109,88 yenes en el horario neoyorquino, tras haber iniciado la sesión en Tokio en 112,76 yenes. El mercado interpretó que los países asiáticos serán más tolerantes con unos tipos de cambio más altos. El banco central japonés se ha visto obligado a intervenir sin cesar para mantener la competitividad del yen. El euro vivió una jornada de altibajos. Se disparó hasta 1,2255 dólares, tras haber iniciado la jornada en Londres en 1,2179 dólares, volvió a caer hasta 1,21 dólares y se intercambiaba a 1,2168 dólares hacia el final de la sesión en Nueva York.

Los expertos consideran que el reforzamiento del yuan puede ayudar al Gobierno a controlar la inflación, ya que reduce el coste de los productos importados, como el petróleo, cuyos precios están fijados en dólares. Además, proporciona al Banco Popular de China más mano para elevar los tipos de interés, y enfriar de esta forma una economía, que, pese a las medidas de control, ha crecido un 9,5% en el primer semestre, más de lo esperado. El Gobierno chino espera que la revaluación calme las críticas de la Administración estadounidense y de algunos miembros del Congreso, que culpan a la política cambiaria china del tremendo déficit comercial que tiene Estados Unidos con el país asiático (162.000 millones de dólares el año pasado) y del cierre de numerosas empresas.

El secretario del Tesoro, John Snow, había advertido que si no apreciaba el yuan antes de mediados de octubre, Washington estaba dipuesto a acusar a China de manipulación de divisas, lo que podría haber conducido a un agrio enfrentamiento político y comercial.

Una mujer sostiene en su mano en forma de abanico unos billetes de 100 yuanes en Pekín.
Una mujer sostiene en su mano en forma de abanico unos billetes de 100 yuanes en Pekín.ASSOCIATED PRESS

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