Paséense
Desde que empezó esta locura de las obras en la M-30 de Madrid, creo que todos nos hemos preguntado qué podía haber detrás de todo esto, y claro, en seguida pensábamos en las empresas de construcción y en nuestra industria cementera (una de la más potentes del mundo).
Pero, a medida que avanza este costosísimo, innecesario y desproporcionado proyecto, nuevos intereses parecen ir aflorando, por ejemplo el de las papeleras e industria maderera, dense si no un paseo, por ejemplo, por la propia M-30, junto al río Manzanares o por el paseo de la Virgen del Puerto y la avenida de Portugal, junto a la Casa de Campo. Seguiremos atentos, seguro que descubriremos más intereses inocentes.
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