Nuria Espert afirma que los cantantes mejoran con buenos directores de escena
La actriz y directora vuelve al Liceo de Barcelona con la 'Turandot' que inauguró el teatro
Inaugurar el reconstruido Liceo de Barcelona en 1999 con Turandot fue un sueño para Nuria Espert, pero la actriz y directora de escena ya había dejado en ese momento relegada a un segundo plano la ópera para dedicarse a la interpretación. "Tenía y sigo teniendo muchas ganas de actuar", dijo ayer en el Liceo, al que ha regresado para volver a dirigir su producción de la ópera de Puccini con la que el coliseo lírico barcelonés cierra a partir de hoy y hasta el 30 de julio su temporada lírica. Espert afirmó que "con buenos directores de escena los cantantes de ópera mejoran sus carreras".
"Cuando en la década de 1980 empecé mi carrera de directora de escena de ópera me aparté de la interpretación. El mundo de la ópera es muy absorvente y acabé harta de la vida solitaria que me obligaba a llevar y que durante 14 años sólo me permitió estar en casa nueve meses. Fue entonces cuando tomé la decisión de relegar la ópera a un segundo plano y volver a la interpretación. Pero llegó la oferta del Liceo para inaugurar el nuevo teatro y me hizo tanta ilusión que volví a dirigir ópera. Si las circunstancias se repitieran volvería a decir que sí", explicó Nuria Espert.
La actriz y directora de escena, que en 2004 volvió a dirigir un montaje operístico, Tosca en el Teatro Real de Madrid, afirma que no tiene en perspectiva ningún proyecto lírico. "Si en el futuro me proponen alguna cosa que me interese lo aceptaré, pero no busco nada, no me apetece dirigir ningún montaje nuevo, lo que quiero es actuar, tengo muchas ganas de actuar, y ahora que con Robert Lepage hemos terminado con la gira de La celestina por España, en otoño iniciaremos la gira internacional con la obra que me llevará, al menos durante un año, por diversos países de Europa, Estados Unidos y Canadá. ¿Proyectos? Volver a trabajar con Lepage en un nuevo espectáculo del que todavía no hemos empezado a hablar", contó.
Lejos de la presión vivida en la preparación en 1999 de Turandot para inaugurar el nuevo Liceo, ahora Nuria Espert ha podido trabajar en la preparación escénica de la reposición de su producción con tranquilidad. "Estaba libre de compromisos y eso me ha permitido trabajar a fondo con los cantantes. Un trabajo intenso y fructífero para perfilar cada uno de los personajes según los recursos escénicos de cada intérprete", aseguró.
Afirma la directora que en un 97% de las ocasiones, trabajar con los cantantes es gratificante. "Ha costado, pero existe la conciencia general de que los cantantes de ópera mejoran cuando trabajan con un buen director de escena. Es algo que empezó a ser evidente hace algo más de un par de décadas después de que grandes directores de teatro como Peter Brook o Giorgio Strehler, entre otros, trabajaran en montajes operísticos. Directores que al final se hartaron, como me ha pasado a mí, por lo absorvente que es la ópera y lo frustrante que a veces resulta trabajar durante semanas con un cantante que al final, por una indisposición, es sustituido en el último momento por otro que llega al teatro apenas unas horas antes de levantar el telón y que sale al escenario sin haber ensayado", señaló. Sobre la adecuación física de los cantantes al personaje que interpretan, Espert se mostró a favor de que el físico contribuya a hacer creíbles los personajes. "Si se entiende que una soprano no puede cantar todos los personajes escritos para su tesitura, ¿por qué se considera una herejía hablar de su adecuación física al personaje? Si se trata de un talento excepcional al que el físico no acompaña, como en los casos de Montserrat Caballé o Luciano Pavarotti, yo sería la primera en no dudar, pero cuando no es así los directores artísticos de los teatros de ópera deberían pensar a la hora de confeccionar los repartos que los cantantes tuvieran un físico adecuado para los personajes que deben interpretar", dijo.
Para su versión de Turandot la directora creó un nuevo final en el que la princesa china acaba suicidándose cuando Calaf resuelve los tres enigmas que puestos por ella como condición para casarse. "No lo he cambiado. Incluso antes de que me propusieran dirigir la obra estaba convencida de que el absurdo final feliz original no funcionaba", contó Espert, quien explicó que en esta ocasión se ha suprimido el final musical creado en 1999 mezclando los dos finales escritos por Franco Alfano para la obra póstuma de Puccini. "Ahora hemos optado por usar el final convencional, dado que el esfuerzo que realizamos Bertrand de Billy y yo para convencer de la bondad del nuevo no fueron recompensados", precisó.
El italiano Giuliano Carella dirigirá Turandot en un triple reparto que incluye en los principales personajes a las sopranos Luana De Vol, Alessandra Marc y Anna Shafajinskaia (Turandot); a los tenores Franco Farina, Richard Margison y Vladimir Galouzine, (Calaf); y las sopranos Barbara Frittoli, Cecilia Costea y Ángeles Blanca (Liu).
Babelia
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