Blair estrecha lazos con los líderes musulmanes moderados
La cúpula política del Reino Unido se reunió ayer en Downing Street con una veintena larga de representantes de la comunidad musulmana para buscar soluciones a los problemas que pueden acabar llevando a una minoría de jóvenes a la radicalización y quién sabe si a convertirse en terroristas suicidas. Junto al primer ministro, Tony Blair, y el jefe del Foreign Office, Jack Straw, estuvieron el líder conservador, Michael Howard, y el de los liberales demócratas, Charles Kennedy. Entre los líderes musulmanes había cuatro diputados, tres lores y representantes de asociaciones culturales, económicas, educativas y religiosas.
Blair lanzó la idea de crear "una fuerza de trabajo o una red" para enfrentarse al extremismo religioso. La reunión, que duró más de una hora, "giró en torno al fuerte deseo de toda la comunidad musulmana de estar unidos no sólo en la condena de los terribles atentados de Londres", sino en cómo enfrentarse "y abordar de frente al extremismo religioso", explicó el primer ministro. "El extremismo está basado en una perversión de la verdadera fe del islam pero, no obstante, es una realidad en parte de nuestra comunidad aquí, en nuestro país", admitió.
Sir Iqbal Sacranie, secretario general del Consejo Musulmán Británico, que agrupa a numerosas asociaciones musulmanas, describió el encuentro como "un importante ejercicio de escucha por parte del primer ministro y de la gente que conforma el espectro musulmán". "Hay una pequeña, muy pequeña minoría, unos pocos elementos implicados en estas actividades", dijo sir Iqbal en referencia a los jóvenes desafectos que se convierten en islamistas. "Tenemos que identificarlos y buscar la manera de devolverlos de nuevo a la comunidad". "No ha sido un encuentro mimoso", advirtió el diputado laborista Sadiq Khan. "Ha habido discusiones francas y robustas".
Colaboración
La reunión no sólo pretendía lanzar el mensaje de que el Gobierno y la oposición, es decir, la nación entera, está del lado de la comunidad musulmana y no va a admitir que los atentados del 7 de julio deriven en una caza de brujas. También buscaba concienciar a los musulmanes sobre su parte de responsabilidad en el trabajo que hay que hacer para evitar nuevos atentados y que el jefe de Scotland Yard, sir Ian Blair, dejó muy claro hace unos días: colaborar con la policía identificando y delatando a los radicales.
Pero no todos los musulmanes moderados creen que ésa es la solución. "Conozco de toda la vida a la familia de uno de los suicidas y jamás sospeché que ese chico podía hacer eso. Es responsabilidad de la policía responder de la seguridad en este país", declaró Sayyeda Farsi, vicepresidenta de los tories, tras acompañar a su líder, Michael Howard, en Downing Street.
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