"Creo que el huracán de fuego nos vio y dijo: 'Vosotros sois míos"
En la tarde del domingo 17 de julio, en el Rincón del Jaral, un paraje barrancoso de Riba de Saelices (Guadalajara), un retén compuesto por 12 personas intentaba atacar un fuego que se resistía. Se desató a las 14.40 del sábado y 24 horas después había recorrido kilómetros y variado en numerosas ocasiones su rumbo.
El retén estaba atacando el fuego con las mangueras cuando todo se complicó. Hasta el punto que de las 12 personas que buscaban apagar las llamas, sólo uno salió con vida de la trampa de fuego. Se trata de Jesús Abad, el conductor de uno de los camiones. Desde la séptima planta del hospital de Guadalajara, donde se recupera de sus heridas, con la cara vendada para evitar infecciones, explicó a TVE su terrible experiencia.
"El huracán de fuego fue muy grande, no pensaba yo que ese fuego... yo creo que nos vio y dijo: 'vosotros sois míos'. Vino a por nosotros, porque estaba muy lejos, estaba muy lejos... Estaba muy lejos y de buenas a primeras, había humo negro ya de llama y empiezas a temer, dices esto se ha cambiado, esto se ha vuelto. Y la siguiente vez que volvimos la cabeza asomaban ya las llamas y ya, pues, a montar a los coches para salir y no nos dio tiempo, nos enganchó. Hubo una especie de... como si fuera una ola gigante, pero de fuego".
Esa ola de fuego se tragó a sus 11 compañeros y le rozó.
Jesús Abad arrancó su vehículo buscando una salida en el laberinto de humo y, sin visibilidad, acabó en un barranco situado junto a la pequeña carretera de arena en la que se encontraba.
De ese accidente, Jesús Abad pudo escapar por la ventanilla del copiloto y se resguardó debajo del segundo camión, que estaba parado en el camino a unos metros de donde se encontraba. Fueron momentos especialmente difíciles que ayer recordaba todavía con miedo: "En el camión vi que moría, y cuando salté vi que moría. Te falta de todo, te falta oxigeno, te ves muerto".
Ahora recuerda que se salvó gracias a las "ganas de vivir". Y a su valor, prefiere no darle especial relevancia: "El valor lo tenemos todos, cuando vas a un sitio de esos, sabes a lo que te arriesgas".
Conoce que el fuego se inició por una barbacoa y pide a los que la hicieron que reflexionen: "Que miren lo que han hecho, ¿dónde tenían la cabeza? Que piensen bien lo que han hecho, que sujeten bien la cabeza...".
Pese a lo ocurrido, Jesús no renuncia a su oficio: "Volveré al monte en cuanto pueda, estaré con estos o con los de mi Castilla y León, porque yo soy de Castilla y León, estaré con ellos allí".
Ahora siente mucha impotencia: "Impotencia de ver cómo arde todo esto y que no puedes hacer nada, por mucha motobomba, muchos equipos, a lo mejor tarde los refuerzos que han venido...", relató a TVE.
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