Declaraciones

Con motivo de las declaraciones de dirigentes del PP (señores Rajoy y Acebes, señora Botella) en el sentido de señalar al actual presidente del Gobierno como responsable de la no elección de Madrid como ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2012 -Mariano Rajoy criticó, sin concretar, la política exterior de Zapatero; la señora Botella y Ángel Acebes centraron la atención en gestos como el de no levantarse ante la bandera de Estados Unidos en el desfile militar del día de la Hispanidad del año 2003-, quiero hacer las siguientes observaciones.

El hecho al que preferentemente hacen referencia los dirigentes del PP tuvo lugar cuando el señor Rodríguez Zapatero estaba en la oposición. Si, como indican insistentemente, el ahora presidente del Gobierno tiene influencia cero en política exterior, resulta difícil creer que la tenga ahora por algo que hizo cuando no ostentaba su actual responsabilidad.

¿Nos quieren convencer de que la decisión de los miembros del Comité Olímpico Internacional hubiese sido diferente si el señor Zapatero se hubiese levantado al paso de la bandera americana en aquel desfile? ¿Quieren decir la señora Botella, el señor Rajoy y otros dirigentes del PP que los miembros del Comité Olímpico Internacional, en principio favorables a la candidatura de Nueva York, no se han movido por motivos objetivos y profesionales a la hora de optar por Londres como ciudad olímpica? ¿No han optado por la mejor oferta, por la ciudad más preparada? ¿Insinúan que ha habido corrupción?

Es aconsejable moverse con más cautela y meditar acerca de las consecuencias diplomáticas que pueden tener ciertas declaraciones, sobre todo si siembran la duda acerca de la honestidad de ciertas personas; y, en este caso, estamos hablando de 15 miembros del Comité Olímpico Internacional votantes, en principio (conviene recordar que estas votaciones son secretas), de la candidatura presentada por la primera potencia mundial.

No conviene perder de vista la posibilidad de que episodios como éste puedan marcar el final de la idílica relación mantenida entre la Casa Blanca y el PP, escenificada en la famosa foto de las Azores. Y, lo que es peor, que todo esto pueda ocasionar un conflicto diplomático entre los dos gobiernos porque estas declaraciones se hicieron desde la cúpula del primer partido de la oposición, sin olvidar las de la alcaldesa en funciones.

¿Es más grave la realización de un acto testimonial en contra de una guerra ilegal, injusta, inmoral, especialmente sangrienta, provocada por unos intereses económicos de sobra conocidos, que sembrar la duda sobre la honestidad de ciertos miembros del Comité Olímpico Internacional?

No quiero ni pensar en la posibilidad de que, dentro de unos años, Madrid vuelva a optar a unos Juegos Olímpicos y que algunos miembros del COI recuerden que un partido político español dudó de su honorabilidad.