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Reportaje:AUTOMOVILISMO | World Series

Revolución en Bilbao

Más de 140.000 personas asistieron a las carreras, pero sólo 80.000 pasaron por taquilla

La polémica celebración de las World Series de Renault en Bilbao ha resultado todo un éxito. Según los datos de la Policía y la organización, más de 140.000 personas han disfrutado de las carreras automovilísticas celebradas en un circuito urbano. Eso sí, para llegar a esta cifra se han sumado las 20.000 personas que vieron las carreras desde balcones o terrazas el sábado y otras 40.000 en la jornada de ayer. Es decir, 80.000 de pago y 60.000 en la grada de los sastres.

De lo que nadie duda es de la diversión del público. En la ronda matutina de las World Series se vivieron los momentos más especiales tras la victoria del piloto polaco Robert Kubica, enrolado en la escudería Epsilon Euskadi. Kubika partía de la pole y nadie fue capaz de arrebatarle esta posición. La estrechez del circuito y la igualdad casi total de los motores impidieron los adelantamientos durante toda la jornada. Los excesivos virajes del circuito (lo que, en palabras de los pilotos, resultaba "peligroso") provocaban una conducción muy dinámica, con cambios continuos y muchos tirones debido a los baches. Así, en la recta de salida los bólidos podían superar los 240 kilómetros por hora, mientras que en la entrada al puente de Deusto sólo rozaban los 70.

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Con la victoria en la primera prueba y el apoyo incondicional del público, el Epsilon Euskadi se ilusionó con la posibilidad de vencer en la segunda manga, de 22 vueltas y con parada obligatoria para cambiar dos ruedas, y así consolidar aún más su imparable marcha en el campeonato, cuyas clasificaciones dominan tanto por pilotos (con Kubika) como por marcas.

Sin embargo, enfrente se toparon con las características del circuito, una mala planificación en la parada de boxes y un temible rival: el australiano Will Power. El piloto del Carlin Motosport, equipo manejado hasta ahora por Trevor Carlin, máximo dirigente del equipo Jordan de 1, se mostró intratable. En la carrera dominada por Kubika, Power fue segundo. En la prueba más larga y que cerraba la competición, Power salió en la pole y sólo dejó la cabeza durante su parada obligatoria.

Después, en solitario, disfrutó del liderazgo hasta la bandera de cuadros final. El sueco Danielsson, que reaparecía tras un accidente que le había postrado casi dos meses en cama, y el yugoslavo Pavlovic completaron el podio. Por contra, los españoles poco pudieron hacer. Adrián Vallés, del Pons Racing, fue sexto, mientras su compañero Míguez, fue sacado de pista por Salignon cuando dominaba la carrera tras la parada de Power. Los apenas 45 minutos de competición se hicieron cortos para el público, que pidió más espectáculo.

La respuesta, la prevista. El piloto probador del equipo Renault F 1, Franck Montagny, salió con el R-24 que condujo Alonso durante el campeonato del pasado año y batió el récord de la pista. El probador galo empleó 1m 47,83 para dar la vuelta a los 4.027 metros del circuito urbano bilbaíno. La pasión se desató en unas gradas dominadas por el azul, por la fiebre alonsista. Además del espectáuclo de Montagny, la jornada también acogió los campeonatos de la Fórmula Renault 2.0, con victoria del suizo Zaugg; la Eurocopa Mégane, dominada por el belga Helen; y la Copa Clio de España, con victoria de Larios.

Un fin de semana completo, con más de 24 horas de duración, que despertó la pasión de los espectadores y también la de Bilbao. Alemania, Italia, Francia o Japón han podido ver las competiciones celebradas por calles y puentes de la capital vizcaína. El contrato con las World Series incluye otras dos carreras más a celebrar los próximos años, por lo que se esperan mejoras y ampliaciones del circuito. El objetivo de futuro es claro: Bilbao quiere la fórmula 1.

Los coches de World Series a su paso por el puente de Deusto y, al fondo, el Museo Guggenheim.
Los coches de World Series a su paso por el puente de Deusto y, al fondo, el Museo Guggenheim.LUIS ALBERTO GARCÍA

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