_
_
_
_
_
Reportaje:TOUR 2005 | 15ª etapa

'Operación maillot amarillo'

Un discreto dispositivo policial protege al líder de la posibilidad de un atentado

El Gobierno de EE UU solicitó permiso al ministerio del Interior francés por su intención para trasladar a suelo galo a un equipo de especialistas en protección personal del FBI. Faltaban varios meses para el inicio del Tour y les fue denegada. Se trataba de garantizar la seguridad de Lance Armstrong ante la posibilidad de un atentado terrorista. Nicolas Sarkozy, responsable del ministerio galo, que ayer siguió en directo el desarrollo de la carrera, garantizó personalmente la seguridad del ciclista americano. Por eso, desde que Lance Armstrong llegó a Francia nunca ha estado solo. Y desde el inicio del Tour, la protección a su persona ha movilizado a decenas de efectivos de la seguridad nacional, que le siguen día y noche. En especial, cuatro miembros con la más alta graduación del reputado GIPN, o sea, el Grupo de Intervención de la Policía Nacional. Con mucha discreción, como si no pasara nada, pero ahí están cada mañana a las puertas del autobús del Discovery esperando a Lance. Los brazos cruzados sobre el pecho, la credencial siempre del revés, eso es, con la fotografía y el cargo del policía oculto a miradas extrañas, supervisan la colocación del área de seguridad, un perímetro que su experiencia blinda en torno al vehículo en la salida. Una de las claves de la operación consiste en variar el ritual de la llegada a la zona de meta del ciclista. Normalmente lo hace en un coche del equipo. No en uno cualquiera, aunque la decoración lo presuma: al volante va uno de los geos galos, el coche está blindado y tiene los cristales posteriores opacos. Nada más traspasar la línea de meta, Lance pasa el correspondiente control antidopaje -el líder lo pasa cada día- y desaparece inmediatamente de la escena en su coche especial. Al equipo lo vuelve a ver en el hotel.

Más información
Armstrong domestica la leyenda del Tour

Además del dispositivo que vela por la seguridad de Lance Armstrong diseñado por el Gobierno francés, al corredor le acompaña desde hace años la intimidante figura de Edwin Ballarta a su lado. Descendiente de filipinos, su mirada genera más inquietud que sus músculos, siempre atento a los movimientos de las personas que a diario se acercan al autobús del Discovery para ver a Armstrong de cerca. Asumir que es cinturón negro en varias disciplinas de artes marciales y que durante años se encargó de la seguridad de George Bush Jr genera razones suficientes para comprender de quién estamos hablando. A sus órdenes trabajan dos guardaespaldas, que vigilan tanto a Lance como a su compañera, la cantante Sheryl Crow.

La operación de seguridad a cargo del gobierno francés moviliza a decenas de efectivos de la Gendarmerie y al menos a diez especialistas de los GIPN. Además, un par de perros policía inspeccionan las zonas de salida y de llegada de la carrera, buscando explosivos. En la etapa preceden y cierran el pelotón, además de decenas de gendarmes en moto, dos velomotores de gran cilindrada, con policías antiterroristas en el asiento posterior. "Lo peor son las etapas de montaña", reconoce un portavoz no autorizado. Entonces se disgregan por puntos estratégicos del recorrido policías de paisano como refuerzos a las dotaciones habituales en carreras en línea.La llegada a la meta de Pla d'Adet, reconocía que la etapa que terminó en Montpellier, el pasado viernes fue uno de los puntos más calientes del recorrido del Tour2005. "Es cierto, fue una llegada muy especial. Creo que eso sí te lo puedo reconocer, ¿fue evidente, no?", sonreía. Verdaderamente, fue evidente el dispositivo policial, por impresionante. Esa tarde la Policía tomó Montpellier, con gendarmes llegados de apoyo desde toda Francia y, especialmente, por dotaciones del Grupo de Intervención de la Policía Nacional. Conscientes que la gran amenaza proviene de los integristas árabes, la operación fue especialmente delicada por la ubicación de la llegada a la meta, situada entre el Stade de Mosson y el más popular de los barrios de la capital del Languedoc, habitado al 96 por ciento por la comunidad árabe de la ciudad. Lance, que según uno de sus ángeles de la guarda "es terriblemente amable", puede sentirse tan protegido de los ataques de sus rivales en carrera como de los de un asesino.

Lance Armstrong se refresca durante la etapa de ayer.
Lance Armstrong se refresca durante la etapa de ayer.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_