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Reportaje:

¿Vale Google 300 dólares por acción?

La mayor parte de los analistas de Wall Street cree que el valor del buscador está ajustado y puede subir aún más

Patricia Fernández de Lis

Comprar cinco acciones de Google cuesta, a día de hoy, lo que unas vacaciones en el Caribe. El buscador de Internet ha triplicado su valor en Bolsa desde que salió a cotizar, hace once meses, y es ya la compañía más valiosa del mundo de los medios de comunicación, con más de 83.000 millones de dólares de capitalización, y por encima de Time Warner o Disney. La mayor parte de los analistas cree incluso que Google vale más, y que podría alcanzar los 400 dólares por acción a final de año. Los resultados de la compañía son buenos, y cotiza a un PER (número de veces que la acción contiene el beneficio) similar al del resto de las puntocom. Pero otros analistas avisan: Google sufre la presión competitiva de Yahoo y Microsoft y, además, el 99% de sus ventas dependen de un solo producto, la publicidad. Los expertos critican también su oscurantismo.

Los inversores la acusan de secretismo. En su última reunión con analistas presentó a su CFO: el jefe de cocina. El director financiero no apareció
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"Es difícil saber si hay que mostrarse impresionado, receloso o alucinado". El semanario británico The Economist comenzaba así un artículo en su número del pasado día 30 sobre la impresionante escalada bursátil que está protagonizando Google. La cotización del primer buscador de Internet se ha disparado desde que salió a Bolsa, en agosto del año pasado. Entonces valía 28.000 millones, 85 dólares por acción. Ahora, su valor se ha triplicado hasta los 83.000 millones o 290 dólares por acción. El 28 de junio, la acción superó los 300 dólares. Y Google, a quien los inversores estadounidenses consideran un medio de comunicación, es ya la compañía más valiosa de este sector, por encima de Time Warner, Disney o Viacom.

¿Vale Google tanto dinero? Los analistas de Wall Street creen que sí. Bloomberg ha revisado los análisis y estimaciones de 32 agencias que siguen el valor, y 25 de ellas recomiendan comprar. Siete apuestan por mantener, es decir, no comprar más acciones, pero tampoco vender las que se poseen. Y ninguna cree que haya que deshacerse de ellas. Es más, alguna declara que no se sentiría "sorprendida" si el valor de la puntocom alcanzara los 400 dólares por acción a final de año.

Los analistas basan sus recomendaciones en hechos, y también en percepciones. Los hechos son que las cuentas de Google siguen engordando a un ritmo endiablado, y que ha conseguido batir todas las previsiones en cada resultado trimestral que ha comunicado al mercado. Los ingresos crecen por tres dígitos (entre un 101% y un 409%) en todos sus trimestres fiscales desde 2003. El beneficio neto también ha aumentado, y supone ya el 29% de sus ventas. Además, Google está consiguiendo que sus filiales internacionales arañen cada trimestre un punto o dos al negocio estadounidense, con lo que logra diversificar geográficamente sus ventas (39%). Y sigue siendo el líder en las búsquedas en Internet, con un 47% del mercado, frente al 21% de Yahoo, según datos de Nielsen/NetRatings.

"Creemos que es muy probable que Google mantenga su liderazgo en las búsquedas en Internet, y por eso mantenemos una perspectiva favorable sobre el futuro", dice Marianne Wolk, analista de Susquehanna Financial Group. Entre las cualidades de Google que los analistas suelen destacar para mantener sus valoraciones están los nuevos lanzamientos que ha realizado (como Google Earth, que permite observa cualquier lugar del mundo por satélite), los que están en fase de preparación (como el buscador de vídeos), los 2.500 millones de dólares en cash que tiene la compañía para seguir creciendo y la aparente falta de habilidad de Yahoo y Microsoft de hacerse con el trono de las búsquedas por más productos que lancen. "Los nuevos servicios y las ganancias que pueden suponer en cuota de mercado son potenciales cartas ganadoras en las manos de Google", dice Wolk.

Los analistas no sólo valoran las cifras y las posibilidades futuras. En realidad, explican, los múltiplos a los que cotiza Google están ajustados a los del resto del sector. Su PER es de 58, lo que significa que su valor en Bolsa es 58 veces superior a su beneficio estimado para este año. El de Yahoo es del 62. Y el PEG de Google -que compara ese PER con su crecimiento esperado- es de 1,8. El de Yahoo está en 2, y el de Amazon, en 2,4. Todo esta selva de cifras y siglas significa, en fin, que la compañía cotiza a ratos similares a los de sus competidores, y que si mantiene el mismo ritmo de crecimiento, su valor puede aumentar.

Opiniones en contra

El consenso, en todo caso, no es general. "Los grandes negocios no son, necesariamente, grandes inversiones. Creemos firmemente que el valor de Google en Bolsa empieza a exceder el valor intrínseco de su negocio". Es la opinión de Scott Devitt, analista de Legg Mason, que es uno de los siete que recomiendan mantener las acciones de la compañía. "Creemos que Google es una compañía muy innovadora y un líder de mercado. Pero", añade, "nos preocupa que carezca de una ventaja competitiva sostenible, y creemos que cada vez se enfrenta a más cosas que ponen en riesgo su modelo de negocio".

En su informe, el analista describe once de esos riesgos. Uno de ellos es la excesiva dependencia que tiene Google de la publicidad, que supone un 99% de sus ingresos y que, según él, podría comenzar a moderar su crecimiento a partir de 2006. La continua presión de grandes competidores como Yahoo, AOL, Microsoft, Amazon o Ebay -todos ellos muy interesados en el mercado de las búsquedas- despierta dudas sobre la capacidad de Google de mantener su liderazgo. Devitt también cree que puede tener dificultades para sacar rendimientos financieros de los últimos lanzamientos que ha realizado o que proyecta realizar: correo electrónico, mapas, mensajes a móviles, sistemas de pago... "Son productos muy buenos, pero para que sostengan el valor [de la compañía] necesitamos saber si pueden hacer dinero por sí mismos".

En el fondo, lo que se plantea este analista es si Google puede pasar de ser un simple buscador a la mayor plataforma de gestión de contenidos digitales que haya existido nunca. Pero las posibilidades que tiene él, o cualquier otro, de recibir una respuesta son práticamente nulas. El oscurantismo de esta compañía es ya un clásico. La empresa nunca ofrece perspectivas financieras, ni da pistas sobre sus próximos movimientos estratégicos. La última muestra de esta política, y que ha sido extensamente comentada -y criticada- en la Red, fue la última conferencia con analistas. En ella intervino el CFO, pero no se trata del director financiero, sino el jefe de cocina o chef, que ofreció múltiples datos sobre la cantidad de proteínas y vitaminas que consumen los empleados. "En otras palabras", dice Devitt, "ni nosotros ni nadie que siga esta industria tiene la menor idea de lo que la compañía hará en los próximos tres años".

Devitt concluye: "Falta de información, una capitalización de 84.000 millones y un valor que se ha triplicado en once meses; todo puede sonar como una oportunidad de inversión para algunos, pero no para nosotros". O también, según el especial estilo de The Economist, "combine las evidencias con una misteriosa reserva, y la imaginación se desata: ¿un navegador Google? ¿Un sistema operativo Google? ¿La dominación del mundo? Comprar, claramente".

Sergey Brin (izquierda) y Larry Page, fundadores de Google.
Sergey Brin (izquierda) y Larry Page, fundadores de Google.AP

Empleados millonarios y el 'boom' de la vivienda

Uno de los efectos que ha tenido la vertiginosa carrera al alza de Google en los mercados es que ha convertido a muchos de sus empleados en millonarios. Y esta circunstancia ha tenido dos consecuencias. Algunos de ellos se han retirado, y otros se están gastando su dinero a puñados, y esto está teniendo, a su vez, efectos en el Silicon Valley.

La huida de empleados convertidos repentinamente en millonarios es una de esas cosas que cada empresa que sale a Bolsa dice poder evitar -"nuestros trabajadores están muy contentos trabajando"- y que ninguna consigue finalmente impedir. Suelen ser, además, altos directivos o trabajadores con iniciativa, que se marchan a montar sus propios negocios. Según publicaba el pasado mayo The Washington Post, Wayne Rossing, uno de los vicepresidentes de Google, ganó 30 millones con la salida a Bolsa, así que decidió marcharse. Cindy McCaffrey, del departamento de marketing, ha decidido dejar la empresa por su familia, y el antiguo cocinero de la compañía va a montar una cadena de restaurantes.

Los inversores de Google -incluidos muchos de sus empleados- están además gastándose mucho dinero en nuevas casas, lo que está subiendo el precio de la vivienda en la zona. Según The Wall Street Journal, media docena de empleados de Google ha comprado casa en el exclusivo barrio de Atherton, por valores que oscilan entre los 3,5 y los 17,8 millones de dólares, desde el pasado mes de septiembre. La ola Google lo llaman los promotores de la zona.

En todo caso, no sólo los empleados hacen dinero con la Bolsa. En junio, los fundadores Sergey Brin y Larry Page vendieron 400 acciones por valor de 115 y 110 millones, respectivamente.

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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