"La democracia no ha llegado a la familia y a la escuela; se pega a los niños legalmente"
Elaborar la primera gran radiografía de la violencia que sufren los niños en el mundo. Naciones Unidas ha hecho este relevante encargo al brasileño Sergio Pinheiro,
experto en derechos humanos, que está a punto de volar hacia Suráfrica para participar en la última consulta regional (la novena) sobre esta cuestión. En 2003, el organismo nombró a Pinheiro, de 61 años, como experto independiente para elaborar este informe, que presentará en 2006.
Desde una oficina en Ginebra, Pinheiro coordina un trabajo en el que participan Unicef, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Alrededor de 150 personas han trabajado hasta ahora para reflotar ese gran iceberg que, según este experto, constituye la violencia contra los niños. Los países deben contestar a un exhaustivo cuestionario. "Ya han respondido al menos 110 países", dice Pinheiro, "y lo han hecho de una manera muy elaborada. Ninguno de los países de Latinoamérica ha enviado un documento con una longitud inferior a 150 folios".
"Una sociedad que se moviliza por los animales y pega a los niños tiene un problema"
La semana pasada este experto viajó a Ljubliana (Eslovenia), para liderar la octava consulta, que analizó la situación en Europa y Asia Central. En Act Now! Stop violence against children participaron unas 500 expertos, entre enviados de los gobiernos y del Consejo de Europa, representantes de la OMS, Unicef, organizaciones no gubernamentales, defensores de los niños e incluso líderes juveniles. "Bueno", dice por teléfono de regreso desde su casa en Brasil, "la verdad es que este año vivo en un avión".
Pregunta. ¿Cuáles son los hallazgos provisionales del estudio?
Respuesta. La primera sorpresa es que los países no están negando que tienen problemas de violencia contra los niños. Generalmente tratan de disfrazarla. Otro de los hallazgos es que en Europa y en los países occidentales continúan las prácticas típicas de países del Sur, como el castigo corporal. Por ejemplo, en Europa, el riesgo de homicidio es tres veces mayor en bebés de uno a cuatro años que en niños mayores. El estudio también está ofreciendo una visión terrible sobre el acoso escolar. Y hallamos que en muchos países desarrollados hacer un registro de las muertes de niños no es obligatorio. Me causa horror. Estamos ante la puntita de un enorme iceberg. Este estudio lo desvelará.
P. ¿Cuáles son los problemas más graves que sufren los niños en el mundo?
R. El castigo corporal y la violencia sexual dentro del seno de la familia. Y todo ello rodeado de un muro de silencio y una insuficiencia de datos enorme.
P. ¿Y cuáles serían los riesgos violentos a los que se enfrentan los niños europeos?
R. El tráfico de niños y mujeres, que se ha visto favorecido por la abolición de fronteras. Por otra parte, pocos países europeos tienen la prohibición total del castigo físico a los niños. La democracia no ha llegado a la familia y a la escuela. Se continúa pegando a los niños legalmente. En cualquier capital europea si alguna persona patea a un perro en la calle, se monta un gran escándalo. Llevo 30 años en Europa y a veces, dando un paseo, escucho el ruido de una bofetada que le da un padre a su hijo. Nadie protesta. La gente cree que puede hacer lo que quiera con los niños. Una sociedad en la que hay más movilización que nunca por los derechos de los animales y se continúa pegando a los niños tiene un problema.
P. ¿Tendrá el estudio alguna consecuencia directa para aliviar la situación de los niños?
R. Sí, proponer una prohibición universal del castigo corporal. Los niños me dicen que no aguantan más que les peguen como les están pegando. Prefiero no hablar de otros países, pero en Brasil, que es el mío, la casa es un lugar muy peligroso para ellos. Se considera que son propiedad de los adultos. Son sometidos a violencia sexual, a incesto, a violaciones, a agresiones por parte de los padrastros y hasta de los vecinos. En Ljubliana los chicos me dijeron: "Los niños vemos cosas que los adultos no ven".
P. España no prohíbe explícitamente el castigo corporal dentro del hogar, por una ambigüedad.
R. Sí, hay muchos países que están en esa situación. Se trata de una tradición que desconoce todos los estudios psicológicos sobre el tema y los efectos que castigar físicamente a los niños tiene sobre ellos. Muchas veces, la tradición es un disfraz para la discriminación. Hace poco que he leído referencias de que prácticas que son "tradicionales", como la ablación o los crímenes de honor, son tradiciones inventadas. El castigo corporal en los países del Norte perpetúa la autoridad machista y es un instrumento para la dominación por el miedo. Son maniobras cómodas para el padre pero no formativas. Incluso supone una actitud permisiva del Estado hacia un pasado autoritario.
P. ¿Cuál ha sido el resultado en los países en que se ha prohibido toda clase de violencia hacia los niños, incluso en casa?
R. En Suecia, el primer país europeo que lo hizo [en 1979] ha tenido un resultado magnífico. La ley es importante, no es una varita mágica, pero es básica para la movilización de la sociedad. Tampoco pretendemos criminalizar a los padres. Son los Gobiernos los que tienen que difundir herramientas para ofrecer alternativas para padres y profesores.
P. ¿Por qué pegan los padres a los niños?
P. ¿Qué mensaje daría a los padres que quieran educar a sus hijos sin violencia?
R. Que escuchen a los niños, que dialoguen con ellos y que les tengan en cuenta. Está claro que es más difícil educar escuchando. También hay que utilizar la persuasión y estar cerca de ellos. Ocurre también que, en estos tiempos, los padres pasan poco tiempo con sus hijos.
P. ¿Y si un padre pega a su hijo porque se pone nervioso ante una situación de peligro de su hijo, como que se escape, cruce una calle y esté a punto de ser atropellado?
R. Han de controlarse, tienen que manejar su rabia. No ayuda nada pegar a un niño que ya está suficientemente asustado.
P. ¿Y qué tienen que hacer los padres entonces?
R. Aprender. Por ejemplo, en Ljubliana he visto un centro municipal que lleva funcionando 50 años y que ofrece una escuela de padres.
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