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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Trabajo para discapacitados

El derecho de cualquier ser humano a conseguir una vida plena y feliz, pasa por sentirse útil, necesario y partícipe de la sociedad, y no sólo sujeto pasivo receptor de normas y servicios. Cuando una persona con discapacidad entra en el mundo laboral se activan mecanismos de autonomía personal, independencia económica, mejora de la imagen como persona y como colectivo.

La integración laboral de este colectivo, conlleva un esfuerzo sobreañadido, la simple oportunidad de acudir al puesto de trabajo en muchas ocasiones se convierte en una carrera de obstáculos. Pero cuando se superan y el trabajo se convierte en algo cotidiano, en una obligación, la calidad de vida de las personas con discapacidad mejora. El mismo trabajo se convierte en la mejor terapia: favorecedora de relaciones, hay menos incidencia a la enfermedad, y propicia una relajación de actitudes sobreprotectoras y resistentes de las familias.

Desde la Asociación Aeprodis pensamos que no existe la discapacidad para la incorporación al mundo laboral de las personas con discapacidad, cuando el puesto a desempeñar sea el adecuado. Es necesaria una legislación, que, además de favorecer la integración laboral de las personas con discapacidad, sirva para demostrar que es rentable. En la actualidad hay regulación sobre todos los aspectos posibles para la contratación de personas con discapacidad, pero ello no implica que sea la correcta y que su aplicación se esté produciendo y cuando se produce ésta sea efectiva.

Las leyes establecen incentivos a las empresas que contraten a personas con discapacidad, y la obligación de reserva de puestos de trabajo. Pero este porcentaje de reserva no se cumple, en muchas ocasiones por la dificultad para encontrar a personas adecuadas para esos puestos, y no por la falta de voluntad del empresario. La situación que se deriva, produce malestar en este colectivo, que se siente discriminado a la hora de ser contratado, culpando a su discapacidad, cuando en muchas ocasiones no tiene nada que ver con ella sino con su falta de preparación.

La solución a este problema podría darse si en vez de reservar un porcentaje de puestos de trabajo, la reserva se materializara en aquellos puestos que puedan desempeñar eficazmente las personas con discapacidad. Para ello es necesaria una buena información, de los puestos a cubrir en cada momento, de la capacidad laboral y la formación especifica para dichos puestos. De este modo la integración laboral daría una respuesta satisfactoria tanto a principios económicos como sociales.

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