PSC y CiU buscan una fórmula para pactar el blindaje de competencias en el Estatuto

Los socialistas catalanes y los nacionalistas de CiU buscan una fórmula para salvar uno de sus principales desacuerdos sobre el Estatuto catalán, el relativo al blindaje de las competencias de la Generalitat. El PSC propone una fórmula similar a la de algunos Estados federales, que se traduciría en la aplicación preferente del derecho propio de la Generalitat en el ámbito de sus competencias exclusivas y la limitación de la incidencia de la normativa básica del Estado. El líder de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod, advirtió a CiU de que si bloquea el Estatuto se cerrará la puerta a posteriores alianzas de gobierno.

El día 20 finaliza el plazo para la presentación de enmiendas al informe de la ponencia. Los ponentes acordaron la semana pasada agotar el periodo y presentarlas en el último momento, para darse tiempo a aproximaciones. Su pretensión es dedicar esta semana a buscar acuerdos y evitar así que la abstención de CiU en la votación del borrador elaborado por la ponencia se repita en la comisión parlamentaria.

Ha comenzado una semana de intensos contactos a todos los niveles. Ayer, el consejero de Economía, Antoni Castells, se reunió con el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla. El ministro también se reunirá mañana con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y para esta semana también está previsto un encuentro entre el titular de Industria y primer secretario del PSC, José Montilla, y el líder del PP de Cataluña, Josep Piqué.

Los socialistas trabajan en una fórmula que limite el alcance de la normativa básica del Estado sobre la legislación catalana de manera que no impida a la Generalitat desarrollar una política propia en sus ámbitos competenciales. Los nacionalistas también están ultimando una fórmula de consenso para zanjar esta discusión. Quedaría en este caso como principal desacuerdo el relativo a la financiación, sobre la cual hoy se reanudan las conversaciones.

Escéptica ante las posibilidades de acuerdo, la diputada de CiU Núria de Gispert reiteró ayer que los nacionalistas no están dispuestos a apoyar el Estatuto en las actuales circunstancias. "CiU se encuentra más cerca del no que del sí", afirmó De Gispert.

Aunque es una posición arriesgada, algunos dirigentes de CiU hacen cálculos sobre eventuales réditos electorales en caso de un adelanto electoral forzado por el fracaso de la reforma estatutaria. Ello les valió ayer una seria advertencia del líder de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod. "Esquerra no caerá en la irresponsabilidad de hacer volver al Gobierno de la Generalitat a quienes hubieran bloqueado el Estatuto", aseguró. "El que avisa no es traidor", remató.

Quien volvió a mostrarse plenamente confiado de su aprobación fue el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, quien, consciente de las críticas que recibe su Ejecutivo por la extraordinaria atención dedicada al debate estatutario, afirmó estar a punto de abrir una nueva etapa en su acción de Gobierno: "En septiembre se abrirá el curso de la reforma social".

Los votos particulares de CiU y ERC al informe de la ponencia invocan los derechos históricos de Cataluña, reconocidos en la Constitución, para reforzar precisamente la constitucionalidad de sus propuestas en materia de financiación, lengua, cultura, derecho civil, régimen local, seguridad y educación.