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Reportaje:

Por amor al arte

La fundación NMAC recopila historias de amor para un proyecto de la artista Aleksandra Mir

El amor siempre ha sido fuente inagotable de inspiración para los artistas. Pocas veces, sin embargo, la materia amorosa ha sido la herramienta elemental para que un creador plástico desarrolle su obra. Y ese es el caso de Aleksandra Mir, artista de origen polaco, nacionalizada sueca y residente en Nueva York. Después de hacerse un nombre en el concurrido panorama artístico de vanguardia con montajes como Antarctica, The big umbrella, Fashions hats, Pink tank o su célebre First woman in the moon, Mir ha llegado a la fundación Montenmedio Arte Contemporáneo (NMAC) de Cádiz para desarrollar su último proyecto, Love stories.

Aleksandra Mir necesita 1.000 historias de amor. Lleva recogiéndolas desde el pasado mes de enero y, si no consigue llegar a esa cifra en septiembre, prorrogará el plazo de admisión hasta finales de año, fecha en que comenzará el trabajo propiamente dicho. Los testimonios van llegando a través de la web de la artista o en el correo que la Fundación ha creado al efecto (love@fundacionnmac.com), pero aún se necesitan más. Cada una de las historias quedará reflejada en el clásico corazón con las iniciales de los protagonistas grabadas en los pinos que rodean Montenmedio, "creando una cacofonía de relatos que coexistirán en el bosque", según explica la artista.

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Para evitar que los ecologistas pongan el grito en el cielo ante lo que podría considerarse un atentado contra la naturaleza, la NMAC se ha apresurado a asegurar que las inscripciones serán sólo superficiales y no afectarán a los árboles. "Los corazones permanecerán en los árboles sólo mientras exista la corteza en que se grabaron. Con el tiempo crecerán, las marcas se borrarán y la obra desaparecerá en la naturaleza", afirma Aleksandra Mir. Las cortezas perdurarán durante un mes y medio o dos meses. Después, las historias permanecerán sólo en un libro con los textos y fotografías de cada uno de los corazones grabados.

Para la presidenta de la NMAC, Jimena Blázquez, Love stories se ajusta perfectamente al propósito de la fundación de hacer "proyectos relacionales, no sólo en lo que respecta a la colección, sino también creando vínculos con el exterior". Analizamos la obra de Aleksandra y pensamos que sería estupendo proponerle un proyecto que creara diálogo", comenta.

Las historias que Aleksandra Mir solicita no responden a ningún modelo concreto. Pueden ser expresadas en una sola frase, en un párrafo, o ser tan largas como el espacio que las postales que han editado -tamaño medio folio- lo permitan. Algunas tienen forma de carta, de poema o de declaración. "Buscamos cualquier tipo de historia, siempre y cuando esté firmada y los dos protagonistas están identificados con sus iniciales. Queremos llenar el bosque con el espectro más amplio posible de experiencias humanas y estilos narrativos. Se trata de arte público sobre el público, y todos están invitados", apostilla la artista.

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