Alonso se blinda en casa de McLaren

Una carrera menos, dos puntos más. A falta de ocho pruebas para acabar el Campeonato del Mundo, Fernando Alonso saca ya 26 puntos a Kimi Raikkonen, una ventaja muy respetable, y más si se repasan las cuentas del español, que afrontaba julio con recelo. De entre los grandes premios a disputar, le disgustaba especialmente la cita de Silverstone, uno de los circuitos más populares del circo, el feudo de la entrañable McLaren. A un piloto tan novel como el asturiano, sin embargo, el trazado le parece demasiado viejo, toda una afrenta para los aficionados británicos, tan románticos como los ferraristas, que ya saben del poco aprecio que también les tiene Alonso. Al líder, en cualquier caso, le lleva al pairo que le tengan por un irrespetuoso. Le avalan los resultados y su capacidad para visualizar las carreras. Al ser preguntado sobre sus posibilidades en Gran Bretaña, Alonso respondió que se daría con un canto en los dientes si quedaba entre los cinco primeros. Así que iba a correr a la expectativa en una prueba a la medida de McLaren-Mercedes, que competía en casa con el coche más rápido.

El segundo puesto alcanzado, consecuentemente, es un resultado estupendo para Alonso no sólo por la posición, sino también porque acabó por delante de Raikkonen, protagonista de una segunda remontada consecutiva, y por detrás de Juan Pablo Montoya, que se apuntó la primera victoria de la temporada y se estrenó también con la escudería anglo-alemana.

Enemigo declarado de Michael Schumacher, el colombiano se había quedado desorientado desde que el alemán se quedó clavado por los problemas de Ferrari, que desde Indianápolis retroceden más que avanzan para suerte de Alonso. Rezagado Raikkonen, Montoya cargó ayer con la responsabilidad, asumió el factor campo y se tragó al ídolo local, Jenson Button y al español en una salida vertiginosa. El colombiano negoció la curva inicial a una velocidad de 240 kilómetros y resultó inalcanzable para Alonso, convertido en sandwich de los pilotos de McLaren después de que Raikkonen se encontrara con el regalo del tercer puesto por un error de Fisichella.

McLaren sumó, por tanto, un triunfo como local ante Renault en un mano a mano muy guapo de la misma manera que Alonso salió vencedor de su duelo con Raikkonen. A efectos del campeonato, la actuación del español fue irreprochable. Alonso sacó los codos y amplió su diferencia respecto al finlandés y Schumacher cuando pensaba que podía menguar. Teniendo en cuenta la parrilla, en cambio, se podía apostar por un triunfo del asturiano porque nunca había perdido la posición ganada en los entrenamientos y ayer partía desde la pole. Le pudo Montoya en una maniobra que sólo se le suponía a Alonso. Ocurrió que el ovetense levantó el pie para no discutir sobre la salida, y la carrera si era menester, porque ahora no corre sólo para ganar, sino también para conquistar el título, y pelearse con Montoya es contraproducente A buen seguro que su respuesta frente a Raikkonen o Schumacher habría sido distinta, y, si no, basta con mirar el calendario andado. Extremadamente fiable, Alonso no cometió ningún error mientras que McLaren compitió para corregir los que se había generado

con todo a favor. Hechas las cuentas, Alonso se blindó en campo contrario.