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Crónica:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1
Crónica
Texto informativo con interpretación

Montoya se reivindica

El colombiano gana su primera carrera del año, pero Alonso, segundo, saca dos puntos más a Raikkonen, tercero

Silverstone acabó siendo un circuito de McLaren, pero Fernando Alonso se las arregló para sacar petróleo de una situación que le era desfavorable. Haber marcado la pole position no resultó decisivo para el desarrollo de la carrera. En la primera curva, Alonso perdió el liderato. Se lo arrebató de forma espectacular y arriesgada el colombiano Juan Pablo Montoya, que necesitaba imperiosamente reivindicarse en un año que no le estaba siendo propicio. Montoya dio el triunfo a Ron Dennis y Mercedes, una victoria que ambos habían estado planeando en este trazado. Sin embargo, no logró impedir que Alonso saliera como el más favorecido: volvió a subirse al podio y sacó dos puntos más, y van 26, de ventaja a Kimi Raikkonen, que acabó el tercero.

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La cara del finlandés lo explicaba todo. Ni pasión ni alegría. A Raikkonen sólo le valía la victoria o, al menos, acabar por delante de Alonso. Y no logró ninguna de las dos cosas. Es más, tampoco debió de gustarle que fuera precisamente su compañero quien colocara a su escudería en lo más alto del podio. Demasiadas frustraciones para un solo día. El nórdico ve cómo en cada carrera que pasa se le va escapando un poco más el título mundial al que parecía apuntar al principio de la temporada. Faltan nueve para la conclusión del campeonato y Alonso le lleva casi tres grandes premios de ventaja. Es decir, manteniendo la diferencia actual, el español podría ser campeón aritméticamente en el de Brasil, la antepenúltima cita del curso.

"Mis sensaciones son contradictorias", explicó un Alonso que celebró a lo grande su segundo puesto; "estoy contento por haber acabado el segundo y haber aumentado mi ventaja sobre Kimi. Pero molesto porque el tráfico y, en concreto, los doblajes me impidieron poder adelantar a Montoya en los repostajes y ganar la carrera".

Alonso es el más regular, el único que no comete errores -sólo una pasada de frenada en la vuelta 44ª sin consecuencias-, el que mejor equilibrio obtiene entre la aplicación de la potencia y la preservación de los neumáticos y del motor. Es además quien más veces ha pisado el podio esta temporada, ocho, y el que más victorias ha conseguido, cinco. Todo este bagaje le sitúa en la órbita de un título que parece tener cada vez más cerca.

Mientras él agrupa a su escudería a su alrededor y consigue que todo el equipo trabaje para potenciar su éxito, su principal rival, Raikkonen, encuentra todo tipo de dificultades en su bólido. Un día se le rompe la suspensión a menos de una vuelta de la victoria (Nürburgring), el otro le estalla una rueda (Malaisia), un tercero le falla la transmisión y en los dos últimos rompe el motor en los entrenamientos y tiene que salir con diez posiciones de retraso por penalización. Y, aun así, no tira la toalla.

Sin embargo, partir de la 12ª posición es un lastre que se paga. Raikkonen acertó en todas las estrategias. En la salida realizó un adelantamiento múltiple a Webber, Villeneuve y Ralf Schumacher que le situó ya el octavo -después de que a Sato se le parara el motor antes de partir y tuviera que entrar el safety car-. Luego, salió de su primera parada en los boxes el sexto y, tras adelantar a Alonso, en la segunda se colocó el tercero, aprovechándose de que a Fisichella se le paró el coche al salir de su box -¡vaya desgracia la del italiano!-, lo que le costó el podio.

Ayer, sin embargo, el protagonismo se lo arrebató Montoya. El colombiano, de 29 años, salió como una furia. Adelantó a Button sin dejarle ni replicar y luego se abrió por la izquierda para igualar a Alonso, al que acabó de adelantar por el interior en la segunda curva. "Cuando le vi salir de aquella forma, pensé que era mejor dejarle para evitar cualquier riesgo", confesó el asturiano.

Montoya luchaba por ganar su primer gran premio desde el pasado octubre, en Brasil -la de ayer fue su quinta victoria en su carrera- y por lograr el primer podio del curso. Su año estaba siendo catastrófico: una lesión en un hombro, jugando al tenis según él, le tuvo parado dos carreras, fue descalificado en Canadá por saltarse un semáforo rojo al salir de boxes, rompió el sistema hidráulico en Francia y su mejor resultado había sido un cuarto puesto en Malaisia.

Alonso, en cambio, lucha por el campeonato. Sus riesgos deben ser más controlados. Habría podido ganar la carrera por estrategia porque rodó cinco vueltas más que Montoya antes de entrar al segundo repostaje. Pero Trulli le frenó y le impidió arañar unos segundos preciosos. Cuando el ovetense salió de boxes, el colombiano le pasó por el lado. Ahí acabó la carrera. Alonso corrió con la cabeza y Montoya con el corazón. Esta vez era lo que tocaba.

Juan Pablo Montoya, por delante de Fernando Alonso.
Juan Pablo Montoya, por delante de Fernando Alonso.ASSOCIATED PRESS

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