Destrucción
Hermosa riqueza la del Ayuntamiento de Madrid, tanta que no importa romper las nuevas baldosas de granito recién puestas sólo para poner un cartel donde anunciar de qué van las obras, corno las de Antón Martín.
La publicidad se impone sobre la belleza y la aplasta. Gran riqueza que puede permitirse destruir calles arregladas hace poco y pulverizar piedras nobles sin necesidad de acudir a los gamberros. Enorme riqueza, no hace falta reciclar. Vanguardista: si se estropea un empedrado viene el Ayuntamiento y, donde antes cuidaban tanto cada losa, ahora cae una informe masa de cemento y ahí queda eso.
¿Chapuzas o moda? Pero le van extendiendo por todo, para enseñar tal vez a los deportistas un nuevo deporte: romper y cavar lo que otros construyen, y vuelta a comenzar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.