Madrid revive el horror un año y medio después del 11-M
"Me costó olvidar el 11-M y con cada nuevo atentado lo revivo, no lo puedo evitar", contaba ayer Enrique Ortiz, camarero de 50 años, nada más bajar de un tren en la estación de El Pozo, donde el 11 de marzo del año pasado estallaron dos de las cuatro bombas que provocaron la muerte de 191 personas y más de 1.500 heridos. En El Pozo: 67 muertos y más de 200 heridos.
Aunque los pasajeros de los trenes de cercanías de Madrid mantenían ayer que la gente parecía "tranquila" en sus asientos, cada uno revivió, tras las explosiones en Londres, el horror de la masacre del 11-M.
"Al ver las imágenes de la gente herida, tapada con mantas, te pones en la piel de los que lo están viviendo", explica María Dolores Guilmain, de 45 años. Esta administrativa recorre cada día un trayecto doloroso para la memoria: "Desde El Pozo hasta Santa Eugenia, imagínate", susurra mientras muestra unas manos temblorosas. A las 7.38 del 11 de marzo una bomba explotaba en la estación de Santa Eugenia, causando la muerte de 17 personas y una veintena de heridos.
"Iba mirando por la ventanilla al paso por El Pozo y me acordaba de toda la gente ensangrentada, y veía, a la vez, los heridos de Londres", explica Trinidad Fernández, ama de casa de 70 años. Imágenes y sentimientos que se mezclan. "¿Por qué nosotros?, ¿por qué ellos?, gente que nada tiene que ver", se pregunta Enrique Ortiz.
Para Elena de la Horra, psicóloga de 28 años, está claro: "Del trío de las Azores, todos los países hemos sufrido un ataque terrorista. Sólo faltaba Inglaterra". "Puede que sea por la reunión del G-8", mantiene una chica, sentada en el andén con destino a Atocha. En esa estación a las 7.37 del 11 de marzo, en plena hora punta, una bomba acabó con la vida de 29 personas e hirió a 176.
En las nuevas instalaciones de los trenes de cercanías de El Pozo todavía se pueden vislumbrar, medio borradas, mensajes sobre las paredes: "No sabéis apreciar una vida", en clara referencia a los terroristas. "En España empezamos a estar tan acostumbrados a los ataques terroristas, que sufres cuando pasan cosas como las de Londres", afirma Elena.
Los madrileños, además de compartir la "pena y la indignación" de los londinenses, también tenían miedo. "Te preguntas si el ataque estaba preparado o dependía de qué ciudad fuera sede olímpica, porque entonces...", reflexiona Almudena Guilmain.
"Imagino que para los que perdieron a su gente un día así es muy duro, desandar el camino andado", sentencia Trinidad.
