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Reportaje:2M12 | La carrera olímpica

Un voto "diabólicamente" secreto

Los miembros del COI sólo irán conociendo en cada ronda qué ciudad queda eliminada

Las cuentas de Madrid están fundadas pese a que en estas elecciones siempre existe la incógnita del miembro que promete y no cumple porque nunca se sabrá quién es ni lo que otros rivales le han ofrecido. La disciplina en el COI no es de partido. Es más o menos geopolítica, pero individual.

El sistema de votación secreto, incluso para los miembros, sólo permite conocer la ciudad eliminada en cada ronda. Para ser exactos, se hacen públicas las que quedan. Así, los que apostaron por la menos votada saben que deben decidirse ya por otra preferencia; y los nacionales de la candidata caída -13 implicados: dos españoles, dos franceses, tres británicos, tres estadounidenses y tres rusos-, que pueden incorporarse al sufragio. En caso de empate para el último puesto se efectúa otra votación entre las afectadas. La mayoría ganadora es simple y para ella no se cuentan los votos en blanco o nulos, que casi nunca se producen.

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Los miembros, según el método, calificado de "diabólico" por Juan Antonio Samaranch Salisachs y de "peligroso" por Philippe Baudillon, director de París 2012, tampoco sabrán los números hasta el final. Sobre la marcha podrán hacer sus cálculos, pero deberán ser fieles a los proyectos o a sus afinidades. Más de uno, en otras elecciones, se ha arrepentido de haber confiado en que alguna candidatura fuerte iba a tener votos suficientes sin el suyo, sentimentalmente obligado a otra, y haber llegado tarde a echarle una mano.

Las cuentas de Madrid, en horquillas variables, se basan en los votos "seguros", porque los "prometidos", según Feliciano Mayoral, el consejero delegado, son más. Son los conseguidos por su trabajo y el de su equipo, pero fundamentalmente por el de Juan Antonio Samaranch y la Familia Real. Pero ejemplos de incumplimientos hay muchos. Leopoldo Rodés, en 1986 y con vistas a 1992, tenía apalabrados para Barcelona en la primera ronda 59. Fallaron 30. No le importó a la favorita, que empezó en cabeza: 29-19 contra París. Pero nunca tuvo 59. Y en aquella época aún se permitían los contactos directos y las visitas, no como ahora con las reglas anicorrupción.

Aunque hasta el comienzo de la Sesión no será oficial la cifra de asistentes, el COI sólo tenía ayer confirmadas las ausencias de un miembro griego, Nikos Filaretos, enfermo, y otro francés, Guy Drut, procesado por cobrar supuestamente en un empleo ficticio. Así, de entrada, votarían 99 miembros. El desarrollo hipotético de las votaciones podría ser así:

- Primera ronda. Entre 30 y 36 votos para Madrid en las expectativas más optimistas, pues 25 bastarían. De América serían entre 10 y 12 de sus 15: los latinoamericanos más el del brasileño Carlos Arthur Nuzman y hasta el del puertorriqueño Richard Carrión, aunque éste, mientras dure Nueva York en la carrera, puede estar hipotecado. Se descuentan los del canadiense Richard Pound, presidente de la Agencia Mundial Antidopaje y por el que no apostó Samaranch para sucederle -lo hizo por Jacques Rogge-, el brasileño João Havelange, ex presidente de la FIFA y francófono, y Austin Sealy (Barbados). De Europa, entre 12 y 14: el otro griego, Lambis Nikolau; el croata Antun Vrdoljak, el finlandés Jari Kurri, los húngaros Tamas Ajan y Pal Schmitt, ex embajador en España; la princesa Nora de Liechtenstein, dos de los cuatro italianos, uno Franco Carraro, hombre de confianza de Samaranch; dos de los cuatro holandeses, entre ellos el príncipe de Orange; dos de los cinco suizos y el serbio Borislav Stankovic, amigo de España por el baloncesto. De Asia, entre 4 y 6, empezando por el filipino Francisco Elizalde, de origen español y con casa en España, y el de uno de los dos chinos, He Zhenliang, vicepresidente con Samaranch. De África, cifras parecidas. Y de Oceanía, ninguno.

- Segunda ronda. De caer Moscú o Nueva York, los escasos votos de la eliminada, más los de sus tres miembros nacionales, se repartirían quizá no de forma decisiva. Votarían ya 102 miembros y el colchón de Madrid debería mantenerse en torno a los 30 votos fijos.

- Tercera ronda. La más difícil. Votarían 105 miembros y quedarían París, Madrid y Londres en una lucha sobre los 30-35 votos, cifra que bastaría para ser finalista si alguna se destacara hacia los 40.

- Cuarta ronda. Si llegase, el gran momento de Madrid, que podría sacar ventaja del enfrentamiento ancestral y repetido aquí entre París y Londres: entre un 60% y un 70% de los votos de la eliminada irían a la capital española.

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