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La BBC recibe 400 quejas por los tacos de algunos artistas de 'Live 8'

La BBC volcó vastos recursos en la campaña a favor de África y dedicó su principal canal de televisión, además de emisoras nacionales y locales de radio, a la emisión de los conciertos Live 8 del pasado sábado. Durante 12 horas consecutivas, siguió en directo las actuaciones de Londres y conectó con Tokio, Johanesburgo, Rusia, Roma, París, Berlín, Toronto, Filadelfia y Cornualles, al oeste de Inglaterra. Fue probablemente el único ente estatal del mundo que respaldó con tanta intensidad la iniciativa liderada por Bob Geldof, Bono y el escritor Richard Curtis.

La televisión pública británica respetó la normativa referente a la cobertura de temas de naturaleza política y, en su celo por mantener la imparcialidad, vetó incluso la emisión de un documental sobre África preparado por el colectivo de ONG que respalda la campaña Make poverty history (Confina la pobreza a la historia). Pero no reparó en un capítulo más mundano de las reglas televisivas del país: el lenguaje.

La BBC recibió cerca de 400 quejas de espectadores alarmados por las palabrotas que escucharon durante las emisiones de Live 8. Protestaron por los tacos, no más allá del calibre de un jodido, que salieron de la boca de Madonna, Snoop Dogg y pocos más artistas. "Millones de personas disfrutaron con nuestras 12 horas de retransmisión en directo. Nos disculpamos si hemos causado ofensa", señaló ayer un portavoz del ente público de radio y televisión.

La BBC decidió emitir en tiempo real, sin la acostumbrada demora de varios segundos (el llamado falso directo), que se tiende a adoptar en eventos potencialmente conflictivos. Esta táctica permite sustituir por un pitido cualquier taco o expresión subida de tono antes de la hora reglamentaria de las nueve de la noche.

Censura

El Reino Unido es muy sensible a los temas relacionados con el lenguaje. La prensa censura el vocabulario vulgar y sustituye por asteriscos expresiones que se escuchan con normalidad en la calle. La televisión y la radio abusan del pitido en casos similares.

Las quejas recibidas por la BBC desde el pasado sábado pueden compararse con las 240 notas de protesta que registró al introducir mapas 3D en sus servicios meteorológicos en mayo. También con las 47.000 quejas sobre la emisión, el pasado enero, de la ópera Jerry Singer, un espectáculo tan popular como polémico por su irreverente aproximación a temas relacionados con la religión católica.

Salvo por las protestas de los guardianes del buen hablar, los conciertos Live 8 triunfaron en su objetivo. Más de 150 artistas ofrecieron un menú musical de buena calidad en diez escenarios de cuatro continentes y la lucha por resolver la hambruna y la pobreza en África dominó la agenda mundial en vísperas de la cumbre del G-8. "Fue una jornada llena de esperanza, de posibilidad y de vida", dijo ayer Geldof. "La gente puede tener poder cuando hace sentir su opinión", resaltó el ministro de Economía, Gordon Brown.

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