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Reportaje:TOUR 2005

De Tours a Blois de nueve en nueve

La carrera recorre en contrarreloj por equipos el terreno que inmortalizó Indurain en 1992

Carlos Arribas

El periodista del Tour es como la mula del panadero, que se paraba automáticamente frente a las casas en que su amo dejaba el pan. Llega la víspera de la contrarreloj por equipos, el show tecnológico-científico de la primera semana, y el periodista se dirige sin necesidad de orientación, sin siquiera pensarlo, automáticamente, a la puerta del autobús del Liberty (antes ONCE), a esperar la llegada de Manolo Saiz, el hombre que se convirtió en un maestro del asunto y que hizo del ejercicio colectivo el orgullo de su escuadra. Pero camino del autobús un breve encuentro le saca del encantamiento, un encuentro y un recuerdo.

¿Tours-Blois, Tours-Blois...? El encadenamiento de las dos ciudades del Loira, castillos y mansardas,le trae un recuerdo, difuso aún, un hecho que baila en la punta de su lengua y que sólo se perfila claramente cuando se produce el encuentro con José Miguel Echávarri. ¡Claro! Tours-Blois, Miguel Indurain, 1992, una de las mejores contrarreloj del navarro, la que selló su segundo Tour. Y detrás, siguiéndole en el coche, embebida su mirada en las pedaladas perfectas de Indurain, José Miguel Echávarri. "Pero de las sensaciones íntimas de aquel día no puedo hablar, se sienten en su momento y ya está", dice el actual jefe del Illes Balears-Caisse d'Épargne, el equipo de Karpets, Mancebo y Valverde. "Puedo decir que pensaba que estábamos confirmando el segundo Tour, que veía que por fin llegaba al deporte español el personaje de resonancia mundial que necesitaba, el Fernando Alonso de aquellos años".

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Pero el alma de mula (terca) del periodista se impone sobre la ensoñación. Su alma y los bocinazos, el ruido, el jaleo de la salida. De regreso al siglo XXI. A Manolo Saiz, a la contrarreloj por equipos. Antes, sin embargo, de abordar al director cántabro, se documenta un poco: Tours-Blois, 67,5 kilómetros. Comienzo llano, paralelo al Loira, paso a la orilla derecha por el puente de Chaumont y duros repechos finales. Contrarreloj por equipos con pérdida de tiempo limitada: haga lo que haga, el segundo sólo perderá un máximo de 20s con respecto al primero, 30s el tercero y así, de 10 en 10s hasta los 3m del 21º y último. Contrarreloj por equipos: después de una ausencia de cuatro años el Tour la recupera en 2000. Gana el ONCE de Saiz, lo que le vale el reconocimiento mundial y dos días de maillot amarillo para Jalabert. En 2001 gana el Crédit Agricole, en 2002 de nuevo el ONCE, gracias a lo cual Igor González de Galdeano es líder durante siete días. En 2003 y 2004 gana el US Postal, y no le vale para nada: Armstrong habría ganado el Tour en París de cualquier manera. Más datos: en la contrarreloj del primer día, el Discovery (Armstrong) clasificó a ocho de sus nueve corredores entre los 35 primeros, y a siete el CSC del líder Zabriskie, que querrá seguir compartiendo cama con el leoncito de Crédit Lyonnais, e Ivan Basso. El Liberty a dos y el Illes Balears a uno.El Phonak de Botero y Landis clasificó a cinco y apoya además sus pretensiones para hoy en la tecnología y el derroche: sus corredores usarán bicicletas especiales que cuestan 23.000 euros cada una. Y para terminar: Manolo Saiz ha declarado que este año no tiene grandes ilusiones puestas en la contrarreloj por equipos y ha dejado en su casa a los checos Andrle y Hruska, dos potentes motores para el ejercicio.

Así que no es de extrañar que la mula-periodista tuerza hacia el autobús de Manolo Saiz con la pregunta formada en los labios.

-¿Cómo pasará la jornada, usted, acostumbrado a ser el protagonista, teniendo en cuenta que su equipo este año no tiene mucho que hacer?

La pregunta interrumpe a Saiz cuando está diciendo algo así como que por el límite de tiempos la contrarreloj por equipos ha perdido interés para él, y que ya le da igual perder mucho tiempo. Y uno podría esperar que en eso tono siguiera, pero su mirada fulminó a la mula, desnudó al periodista. "Yo he dicho que hay dos equipos más favoritos que el nuestro, pero no me descartes", sentencia. "Las virtudes necesarias para la contrarreloj por equipos son la homogeneidad y la interpretación táctica. Mi equipo es homogéneo y yo toda la vida he sabido interpretar esto. 67 kilómetros son muchos y serán técnicamente muy difíciles. La interpretación táctica será fundamental en los repechos finales". Para colmo, de fondo se oye a Eusebio Unzue, director del Illes Balears diciendo algo así como el "CX del equipo hay que cuidarlo".

Indurain, ¿dónde estás?

Los ciclistas del ONCE en una contrarreloj por equipos del Tour en 2003.
Los ciclistas del ONCE en una contrarreloj por equipos del Tour en 2003.AFP

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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