El Poblenou alerta de la presencia de un grupo de menores violentos
Los chavales ocupan dos edificios y han cometido atracos
Los vecinos del Poblenou de Barcelona han alertado de la presencia de menores magrebíes que han ocupado dos edificios del pasaje de Masoliver y deambulan por el barrio, donde han cometido violentos atracos. La Generalitat y el Ayuntamiento están al corriente de los hechos y ayer se reunieron con los vecinos para encontrar una salida al conflicto. Por la noche hubo una cacerolada de protesta.
La presencia de menores magrebíes en el Poblenou coincide con la saturación del centro Alcor de acogida de jóvenes inmigrantes, ubicado en el barrio y tutelado por Dirección General de Atención a la Infancia de la Generalitat, aunque fuentes de Bienestar y Familia aseguraron ayer que los protagonistas de los incidentes no pertenecen al equipamiento. El Alcor es un centro de noche, explicaron, y los menores que acuden a él pasan el día en otros centros, como el Bosc, o bien en compañía de los educadores que trabajan en el Poblenou.
La Generalitat, sin embargo, reconoció ayer a través de un portavoz que desde hace unos meses se está produciendo un goteo continuo de menores que llegan solos del Magreb (uno al día), lo que supone un incremento del 50% respecto al año 2004. Son en muchos casos muchachos muy jóvenes, que no tienen ni 16 años, edad en la que podrían inscribirse en programas de formación sociolaboral. "Estamos desbordados", lamentó el portavoz. Para intentar poner fin al incesante flujo, representantes del Gobierno catalán se reunirán hoy con una delegación del Gobierno marroquí.
Los menores que se han instalado en el Poblenou son muy violentos, a veces llevan cuchillos y pasan parte del día esnifando cola, aseguran los vecinos. Dolors López tiene un negocio en el barrio y explica que en algunos de los atracos que han cometido los chavales, en los que han robado bolsos y teléfonos móviles, han agredido a las víctimas.
"A una chica la arañaron, a una pareja les arrastraron y a otros les lanzaron piedras", relata esta vecina, y añade que también han asaltado varios establecimientos comerciales, como un locutorio y un colmado. "La gente tiene miedo de salir a la calle", apunta, y continúa el relato afirmando que también de noche arman bulla: "Montan saraos muchos días y también se pelean entre ellos, y algunas veces con unas chicas gitanas".
Tras meses denunciando los incidentes y solicitando presencia policial, la paciencia de los vecinos ha tocado fondo. La pasada semana el concejal del distrito de Sant Martí, Francesc Narváez, les dio la razón y prometió una mayor presencia policial. A raíz de la operación, la policía detuvo a tres menores, contra uno de los cuales había una orden de busca y captura, explicó ayer Narváez. El concejal también ha solicitado a la Generalitat que ejerza un mayor control sobre los menores, y al tribunal que tramita la orden de desalojo interpuesta por el propietario del edificio ocupado, que acelere los trámites.
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