Desarrollo y agua

Si nuestros vecinos del norte de África se dedicasen a construir campos de golf en las zonas limítrofes con el desierto del Sáhara, pensaríamos que están locos y criticaríamos su actitud. Esto mismo está ocurriendo en la zona sureste de nuestro país, pero parece que al ser paisanos no nos resulta tan gravoso. Continuamente se nos está avisando desde organismos nacionales e internacionales de la desertización de esta zona (provincias de Almería, Murcia y Alicante, fundamentalmente) y, sin embargo, se fomenta la construcción de complejos deportivos y zonas verdes de gran consumo de agua que se anuncian a bombo y platillo.

Cada vez que se les critica esta actuación, a todas luces inapropiada, los gobiernos autónomos correspondientes aducen que son ellos los responsables del desarrollo de su región y que nadie tiene que darles pautas, indicaciones o decirles nada al respecto. Y esto podría ser cierto si ellos no estuviesen reclamando el agua, que no sobra, a otras regiones. Eso sí, lo piden para salvar árboles frutales que es una acción mucho más loable, aunque no creo exista herramienta alguna para distinguir si con este agua se están regando hortalizas o césped de jardines privados y piscinas y campos de golf.

Los agricultores que reclaman agua para el regadío de sus campos también podrían ser críticos con su Gobierno autónomo y reclamar el agua de estos desarrollos urbanísticos para sí; pero parece que es mucho más cómodo pedir un trasvase desde otra región aunque para ello una gran parte se desperdicie por el camino y se dejen secos embalses y ríos.