Los árboles de la M-30
El pasado martes, alrededor de las 21.00, estaba tomándome unas cervezas en una terraza de puente de Toledo, en Marqués de Vadillo. Fue entonces cuando vimos a unos operarios que estaban subiéndose a uno de esos árboles de más de 15 metros con una sierra eléctrica. Nos acercamos para ver qué era lo que iban a hacer. De tres zarpazos destrozaron el árbol. En menos de 10 minutos derrumbaron un árbol que ha tardado en crecer decenios. Estuvimos sacando fotos. Eso es lo que vale Madrid para nuestro alcalde y nuestra presidenta de la Comunidad. ¿Cómo es posible que, ante una obra de esa envergadura, la de la M-30, un Gobierno no tenga en cuenta a la oposición? ¿Es la democracia un cheque en blanco a la mayoría absoluta?
Seguimos sumando. Los Juegos Olímpicos nos van a salir caros. El deporte de base no existe ni se patrocina; los impuestos indirectos nos tienen agobiados; las obras, paralizados.
Si hay un golpe pequeño entre coches en la avenida de América, el atasco llega hasta la ribera del Manzanares. Y luego hablan de valores y se manifiestan contra la "pérdida" de ellos. Esto es lo que debería ser noticia y ser denunciable.
Esto es lo que debería ser portada de los periódicos y no una boda entre homosexuales, por ejemplo. Pero está claro que la falta de escrúpulo es lo que rige hoy en día la política mundial.
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