El Madrid ultima el fichaje de Pablo García
El club madridista pagará cuatro millones a Osasuna por el jugador uruguayo
El Real Madrid y el Osasuna negociaron ayer por la noche los últimos detalles del contrato que formalizará el traspaso de Pablo García al club madrileño por cuatro millones de euros. Al cierre de esta edición, fuentes del Bernabéu apuntaron que el único "detalle" que quedaba por resolver se centraba en la contraprestación en especies que deberá hacer el Madrid, en forma sesión o traspaso de jugadores. "En unas horas haremos el anuncio oficial", aseguró un responsable del club blanco, optimista ante lo que suponía un fichaje inminente. Aparentemente, Borja, el medio centro de la cantera que fue ascendido sin éxito tras la venta de Makelele, hace dos años, está implicado en la operación. Falta su consentimiento.
Si Osasuna y el Madrid se ponen de acuerdo en los últimos "detalles", Pablo García, nacido en la localidad uruguaya de Canelones en mayo de 1977, jugará en el Madrid hasta junio de 2008 con opción a otra temporada. A decir de fuentes madridistas, el acuerdo entre el medio centro y el club es total. Después de completar esta contratación, esta misma semana, el Madrid se lanzará a cerrar el fichaje de otro uruguayo, Diogo, el lateral derecho del River Plate. Para la contratación de Robinho, anunciada oficiosamente por el Madrid desde noviembre de 2004, habrá que esperar un poco más, según advierten ahora voces desde la administración blanca.
Pablo García es el hombre elegido por el Madrid como primer refuerzo para la temporada 2005-2006. Medio centro de corte defensivo, pase corto, movimientos sigilosos y tendencias caciquiles, el uruguayo se ha labrado una reputación de duro que forma parte de su imagen de marca. Preguntado por la opinión que le merece, el director general de fútbol del Madrid, Arrigo Sacchi, dijo a la SER que es un jugador "que cumple". Con esta sentencia ambigua, Sacchi resolvió elegantemente el dilema profesional que le supone opinar en público de un jugador que, en privado, no termina de ver acomodado en el esquema actual del Madrid. Según el técnico, García es un futbolista con oficio pero tiene dificultades para hacer movimientos laterales. Como no es un rayo, necesita volantes a su lado que cierren las bandas. En suma: no es Makelele.
Surgido a mediados de los noventa de la cantera del Wanderers, Pablo García cuenta con un historial tan extenso como sinuoso: es internacional uruguayo y ha jugado en el Atlético B, en el Milan, y en el Venecia antes de recalar en Osasuna en 2002. En este mercado de fichajes cuenta con una ventaja extraordinaria. Su representante es su compatriota Paco Casal, verdadero maestro de la promoción de futbolistas. Además de detentar los derechos de la retransmisión de partidos en Uruguay, Casal es el hombre que hizo de Recoba el futbolista mejor pagado del planeta. Lo logró cuando Romario, Ronaldo y Rivaldo estaban en su plenitud. Además, Casal cultiva una buena relación con el entorno de Florentino Pérez, el presidente del Madrid, y con su director de fútbol, Ramón Martínez. Prueba de ello es que el próximo fichaje blanco será otro uruguayo, otro jugador representado por Casal: Diogo.
Ayer por la mañana, el presidente de Osasuna, Patxi Izco se presentó en Madrid para intentar sacar el máximo provecho de la venta de Pablo García. El mandatario navarro se reunió con Florentino Pérez y con Paco Casal para cerrar el traspaso conciente de que ponía sobre la mesa a uno de los futbolistas que han dotado de carácter a su equipo en los últimos dos años.
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