La ola de calor causa al menos cinco muertos en Francia
Varios departamentos están en alerta en previsión de fuertes tormentas
La ola de calor que ha azotado a Francia durante los últimos días se alejaba ayer por la tarde entre rayos y truenos, tempestades e inundaciones, aunque también dejó al menos cinco muertos, todos ellos de edad avanzada.
En París murieron ayer dos personas, de 80 y 95 años, en su apartamento a causa de un golpe de calor. La noche anterior había fallecido un hombre de 74 años, también en la capital, por hipertermia. En Lyon, una mujer de 84 años fue encontrada muerta en su vivienda por los bomberos. Las temperaturas han batido todos los récords en esta ciudad, la segunda más poblada de Francia, encaramándose hasta los 39 grados.
La canícula ha provocado numerosas tormentas que también causaron daños importantes. La noche del lunes falleció un hombre de 62 años que cayó de su barco en la bahía de Arcachon, donde se registraron vientos de más de 100 kilómetros por hora. En Dieppe, al noroeste del país, una violenta tormenta provocó un corrimiento de tierras e hizo descarrilar un tren de mercancías, sin que se registraran víctimas.
La ola de calor recuerda la terrible canícula del verano de 2003, que provocó la muerte de más de 14.000 personas, la mayoría ancianos y enfermos que vivían solos o bien se habían quedado en sus casas durante las vacaciones. A raíz de aquella gran mortandad, que tuvo un gran impacto en la sociedad francesa, el Gobierno tomó una serie de medidas entre las que destacan la de trabajar un día festivo -el lunes de Pentecostés- para financiar la asistencia a los ancianos y enfermos durante el verano. El pasado lunes de Pentecostés, sin embargo, se convirtió en una jornada de huelga contra la política del Gobierno y en contra de esta medida.
Ayer, durante todo el día, las temperaturas rozaron los 40 grados en buena parte de Francia. El sureste del país, especialmente Provenza, y la región parisiense permanecieron todo el día en máxima alerta por las altas temperaturas. Por la tarde comenzaron las fuertes tormentas. En la parte atlántica, 14 departamentos se situaron en alerta naranja -el tercero de cuatro niveles- en previsión de fuertes tormentas. Los bomberos esperaban copiosas lluvias, importantes acumulaciones de agua, tormentas de granizo y fuertes y repentinas ráfagas de viento.
Durante todo el día los medios de comunicación repetían las recomendaciones de beber muchos líquidos, no salir de casa y no hacer ejercicio. Al efecto de las altas temperaturas se le sumó el de la polución del ozono, especialmente fuerte en Lorena y en la zona de Lyon, así como en París.
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