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Detenida por presunto homicidio la madre de la niña muerta en un incendio en Sabadell

Encarnación P., de 36 años, fue detenida ayer por agentes del Cuerpo Nacional de Policía acusada de ser la presunta autora del homicidio de su hija Andrea Pérez, de 10 años, que falleció en extrañas circunstancias en Sabadell durante el incendio de su piso en la madrugada del domingo. Durante toda la tarde de ayer, la madre estuvo declarando en la comisaría. Al parecer, la policía encontró en el piso indicios de que el fuego fue intencionado. La mujer explicó a la polícía que el fuego lo causó un cigarrillo que prendió en un colchón. Los investigadores no hallaron restos de cigarrillos en la vivienda y, según los vecinos, Encarnación no fuma.

El caso está lleno de interrogantes. ¿Cómo se originó el fuego y qué hizo Encarnación? ¿Por qué bajó las persianas, cerró la puerta y se fue dejando a su hija dentro de la vivienda?

Entre los vecinos, ayer reinaba el estupor. Incluso algunos se preguntaban si podían acudir como testigos ante la policía porque no podían creer que Encarnación, que "siempre estaba pendiente de su hija, la acompañaba y la iba a buscar al colegio y le daba todo lo que quería", señalaban, hubiera podido causar la muerte de su hija.

Cenicero con cigarrillo

Noemí Pastor vive justo al lado del piso que Encarnación compartía con su hija. Era amiga suya. Ayer, sobre la madre de Andrea, que trabajaba limpiando domicilios, dijo: "Siempre estaba dispuesta a ayudar a quien lo necesitara, a mí me ayudó en más de una ocasión". La presunta homicida se había separado del padre de Andrea, un guardia jurado, hacía más de tres años. Desde hacía algún tiempo salía con otro hombre, también separado y con una hija de la edad de Andrea. Pastor agregó: "Decía que desde que estaba con su nuevo compañero se sentía viva, y si no vivían juntos era porque las dos niñas no se llevaban bien".

Pastor habló con Encarnación tras la tragedia y ésta le contó que había dejado un cenicero con un cigarrillo en el colchón de su cama de matrimonio. "A ella nunca la había visto fumar. Me dijo que después había ido a por agua y que ya no pudo volver a entrar en la habitación" por el humo y las llamas. Encarnación padecía depresión, pero "siempre se la veía muy serena", asegura Pastor. Las visitas del padre de la niña eran muy frecuentes, y a menudo, se les podía ver a los tres juntos paseando. Andrea era una niña "muy vivaz y alegre que sacaba muy buenas notas en el colegio", relata la vecina.

A Andrea la encontraron los bomberos hacia las 4.20 horas del pasado domingo. Nada pudieron hacer para salvarle la vida. La niña yacía en su cama, muerta, a causa del humo inhalado. La madre, en pijama, estaba en la calle, sentada, con los ojos perdidos, diciendo: "¡Mi niña está ahí, mi niña está ahí!".

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