"Tengo a todos los políticos enganchados en el anzuelo"
Desde la independencia de Ucrania, hace 14 años, los dirigentes de este país han robado a sus conciudadanos "hora a hora y minuto a minuto", y ninguno de los que ejercieron el poder antes de la revolución naranja está libre de sospecha. Éste es, en esencia, el mensaje que transmite el fiscal general de Ucrania, Sviatoslav Piskún, que ya ocupó el mismo cargo durante un año y medio bajo la presidencia de Leonid Kuchma. Este funcionario escurridizo, que en el pasado acusó de robo a la hoy primer ministro Yulia Timoshenko, asegura tener "enganchados en el anzuelo" a todos los políticos con responsabilidades en el régimen anterior. Víktor Yúshenko, actual presidente de Ucrania, le mantiene en su puesto, pese a sus críticos, que le acusan de entorpecer la investigación sobre el supuesto envenenamiento del actual dirigente ucranio.
"Los dirigentes de antes de la 'revolución naranja' han robado durante 14 años"
"Hay un sumario penal por el envenenamiento de Yúshenko, pero no hay acusados"
Pregunta. ¿Qué ha cambiado en la fiscalía tras la revolución naranja?
Respuesta. Antes estábamos orgullosos cuando investigábamos tres casos que sumaban un millón de dólares. Hoy investigamos centenares de casos que suman miles de millones. Lo hacemos con la misma gente, los mismos sueldos y los mismos medios, pero con otra situación política.
P. ¿Cómo definiría esta situación?
R. Más democrática. La gente trabajadora de este país rico quiere saber quién le ha estado robando durante 14 años día a día, hora a hora, minuto a minuto.
P. ¿Quién le ha robado?
R. Los anteriores Gobiernos.
P. Los dirigentes en el poder en la actualidad también formaron parte de los gobiernos anteriores.
R. Esto quiere decir que ellos también participaron.
P. En concreto, ¿se ha incoado un proceso contra el ex presidente Kuchma?
R. Contra Kuchma personalmente no hemos incoado ningún proceso, aunque en algunas investigaciones penales su nombre se menciona y en algunos casos figura como testigo. Le interrogamos.
P. ¿Cuál es el alto cargo más importante del régimen anterior sospechoso de delinquir?
R. Tenemos cerca de una decena de dirigentes regionales y varias decenas de funcionarios, a niveles inferiores. Si hablamos de las autoridades centrales, de los ministros, de la Administración presidencial, del presidente, aún no estamos preparados para presentar una acusación oficial, aún hay que recoger documentos.
P. ¿Quiere decir que los investiga a todos?
R. A todos, a Kuchma, al jefe del Gobierno, Víktor Yanukóvich, al de la Administración, Víktor Medvedchuk, al de la intendencia presidencial, Ígor Bakái. Contra este último ya presentamos acusación de robo y abuso, y se encuentra fugado.
P. El ex fiscal general Guennadi Vasíliev, su predecesor en el cargo, ha reiterado que Yúshenko no fue envenenado y que su deformación es resultado de un tratamiento. ¿Se ha acusado formalmente a alguien de envenenar al presidente?
R. La palabra de Vasíliev vale tanto como la del portero de este edificio. Hay un expediente penal sobre el envenenamiento y varios sospechosos, pero no hay acusados. Tenemos sospechas contra mucha gente, aunque no estamos preparados para presentar una acusación oficial.
P. ¿No teme que los sospechosos escapen?
R. Para eso tenemos Interpol. El envenenamiento no es un delito claro, sino encubierto y muy difícil de probar. A partir de los testimonios de los médicos que trataron a Yúshenko y los análisis a nuestra disposición, nos inclinamos a creer que fue un delito, porque en el cuerpo de Yúshenko se encontró dioxina. Si se tratara de una reacción del organismo a un alimento, ¿cómo explicar entonces la aparición de la dioxina? La investigación deberá determinar, entre otras cosas, cuál fue el veneno y si llegó al organismo por vía digestiva o respiratoria. En cuanto averigüemos el momento en que la sustancia tóxica llegó al organismo, el círculo de los sospechosos se reduce a un máximo de cinco personas.
P. ¿Intervienen ustedes en la revisión de las privatizaciones de las empresas, que tan polémica está siendo?
R. Claro, porque en Ucrania se pueden contar con los dedos las empresas privatizadas de acuerdo con la ley. Casi todo se ha vendido ilegalmente. En tres años, la fiscalía ha incoado 3.000 causas criminales por privatizaciones ilegales, pero hemos parado esos expedientes porque si les damos curso habrá enormes problemas. Hemos impuesto centenares de multas y hemos recuperado millones de grivnias [unos centenares de miles de euros], y en cuanto recuperemos las pérdidas [por la privatización ilegal], cerramos los casos.
P. Si los ex ministros del Interior Yuri Krávchenko y de Transportes Gueorgui Kirpa se suicidaron, como usted afirma, ¿por qué lo hicieron?
R. Ambos sabían porqué se suicidaban. Krávchenko era un testigo del caso Gueorgui Gongadze [el periodista hallado decapitado en 2000], y respecto a Kirpa, se ha abierto una causa criminal sin precedentes por el robo de 3.500 millones de dólares, en el que estaban implicados todos los ex dirigentes de Ucrania.
P. ¿Quién, en concreto?
R. Todos, todos.
P. ¿Es decir que los tiene usted atrapados a todos?
R. Sí, y por eso un comité del Parlamento se ha negado a impulsar un voto de censura contra mí.
P. ¿El proceso por irregularidades diversas contra Timoshenko lo cerraron porque es primer ministro o porque es inocente?
R. Tres fiscales generales investigamos durante nueve años y no probamos su participación en delitos. Yo no empecé la investigación, cuando yo llegué había 6.000 tomos, así que lo cerré, porque no era posible...
P. ¿Hay acusaciones contra los parientes de Timoshenko?
R. Hay algo en alguna parte. Algunas cosas siguen siendo investigadas, otras se han cerrado. Algo queda.
R. En España ha habido una acción policial contra una red de blanqueo de dinero negro organizada por ucranios.
R. Sí, ha habido gente que intentó lavar dinero en España, pero era del anterior equipo. Trabajamos con los órganos policiales españoles. El caso está bajo secreto de sumario.
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