Al mejor nivel justo a tiempo

¿Habrá duelo? A Roger Federer no parece preocuparle excesivamente la cita. Respeta a Juan Carlos Ferrero, pero sobre todo cuando se enfrentan en tierra batida y Roland Garros. Sin embargo, cuando el viernes le preguntaron qué pensaba de los octavos de final que hoy disputará contra el español en Wimbledon, el suizo respondió escuetamente: "Será un buen partido. En los últimos años hemos jugado poco". Fue una alusión al hecho de que en 2004 las lesiones y los problemas físicos apartaron a Ferrero de la élite. El valenciano es ahora el 31º en la clasificación. Queda lejos de los primeros cabezas de serie, que son los que más preocupan a Federer. Sin embargo, Ferrero ha regresado a su mejor nivel justo a tiempo de afrontar al número uno mundial.

"Lo más importante es que sea capaz de olvidarme de contra quien juego"

En Wimbledon nada favorece a Ferrero. Se enfrentará a un hombre que lleva 32 victorias consecutivas en hierba, que ha sido campeón los dos últimos años y que le ha ganado en sus últimos tres enfrentamientos. Jugará además en la superficie en la que peor se desenvuelve. "Llego muy bien física y mentalmente", afirma, no obstante, Ferrero, de 25 años. "Cuando jugué mis primeros octavos aquí, tenía poca experiencia en estas pistas", agrega recordando que perdió ante el francés Sebastien Grosjean; "ahora sé que él es el favorito, pero no salgo derrotado. Entraré en la pista con muchas ganas, con garra, y dispuesto a tomar muchos riesgos".

Tanto su entrenador, Antonio Martínez Cascales, como él saben que para salvar esta eliminatoria Ferrero debe buscar constantemente el revés de Federer, tratar de leer bien su servicio y mantenerse siempre muy fuerte mentalmente. "Yo suelo restar bien y eso puede ayudarme mucho", comenta; "pero lo más importante es que sea capaz de olvidarme de contra quien juego. Sólo eso me permitirá mantener la regularidad que necesitaré. Contra él no se permiten altibajos. Federer te regala muy poco. Otros jugadores pueden pegar un bajón o sentir la presión en algunas bolas clave. No es ése su caso. Cuando llegan los grandes momentos es cuando más concentrado está, cuando es más valiente y cuando saca lo mejor de sí mismo".

Una buena muestra de ello se produjo en su partido de la tercera ronda contra Nicolás Kiefer. "En el cuarto set, al alemán le pudo la presión de saber que tenía enfrente a Federer", argumenta Martínez Cascales; "ganaba 5-3 y, de golpe, todo se le cayó encima. Eso es lo que debe evitar Juan Carlos. Ya sabemos que Federer es el favorito, pero, si juega bien, Juan Carlos no debe tener ningún miedo. Es un partido para disfrutar, para salir sin complejos y jugar desinhibido, sabiendo que está ya a un 80% de su mejor nivel, pero que sus golpes pueden llevarle a la victoria".

Aunque el regreso a la cumbre de la clasificación, que ya escaló en septiembre de 2003, tras ganar en Roland Garros y ser finalista en el Open de Estados Unidos, le está costando más de lo previsto, Ferrero pareció dar un salto de calidad en su partido de la tercera ronda contra el germano Florian Mayer. "Lo mejor es que a partir de ahora no defendemos nada hasta el final del año", argumenta Cascales; "así que Juan Carlos puede jugar muy tranquilo. En Wimbledon ya estamos una ronda más lejos que en 2004 y nos quedan muchos torneos para mejorar el ránking. Estoy convencido de que esta temporada acabará entre los 15 primeros y, probablemente, incluso en el top ten".