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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Rajoy sobrevive a las crisis

Soledad Gallego-Díaz

Decididas las elecciones gallegas y la casi segura jubilación de Manuel Fraga, formado el nuevo Gobierno vasco (que se conocerá en las próximas horas) y cerrada la comisión parlamentaria del 11-M, ya no quedará nada por organizar o perfilar esta temporada y los políticos podrán dar por cerrada una caliente y difícil primera etapa de esta legislatura.

A la vuelta del verano, aseguran en todos los partidos, comenzará un periodo político muy distinto, sin elecciones a la vista (no habrá comicios hasta las autonómicas y locales de 2007) y con un programa político muy complicado.

El PSOE y el Gobierno tienen que encontrar la salida a la reforma del Estatut catalán y dar paso a un proyecto legislativo acumulado y muy ambicioso. En pocos meses entrarán en el Congreso de los Diputados proyectos de ley que pretenden introducir cambios importantes en algunos de los capítulos más opacos de la vida política española, como el régimen financiero y el control de la televisión pública, uno de los tabúes más grandes de la etapa democrática.

PP y PSOE creen que la casi segura jubilación de Fraga, el nuevo Gobierno vasco y el fin de la Comisión del 11-M han dejado cerrada esta primera y difícil etapa

"Nadie podrá decir que este Gobierno no está aprovechando el tiempo para limpiar auténticos focos de infección antidemocrática que se venían arrastrando desde hace demasiados años", se felicita un dirigente socialista próximo al presidente Rodríguez Zapatero. Reconoce, sin embargo, que la reforma de RTVE y la voluntad de protegerla institucionalmente contra, al menos, el total control del partido o del Gobierno de turno despierta no pocas reticencias en algunos sectores del propio PSOE.

El PP, por su parte, tiene que tomar en otoño una importante decisión política: valorar cómo corre más riesgo, si manteniendo su línea actual de enfrentamiento permanente o buscando otro hueco electoral que refuerce mejor su condición de alternativa.

Mariano Rajoy ha conseguido algo importante, aseguran varios dirigentes populares: nadie le reprocha dentro de su partido la pérdida de Galicia. "Todos estamos más o menos convencidos de que, dadas las circunstancias, era imposible que las cosas salieran mejor", asegura un miembro de la ejecutiva.

"Eso será verdad o no", comenta un diputado que siempre fue crítico con la candidatura de Manuel Fraga, "pero lo cierto es que el gran éxito de Rajoy ha sido transmitir esa impresión a todas las esferas del partido; ahora se puede ir de vacaciones con la curiosa sensación de que hay una gran estabilidad interna".

La estabilidad no alcanza, desde luego, a la organización gallega, que entrará inmediatamente en guerra para la sucesión de Fraga; pero, según explica el mismo parlamentario, ésa es la única guerra interna a la vista, y "en el fondo todos estamos convencidos de que tenía que estallar un día u otro y que es mejor que sea ahora, cuando falta todavía mucho tiempo para las elecciones generales". ¿Quién ganará la batalla? "Quien sea capaz de liderar el PP en la oposición y mantenerlo unido, algo extremadamente difícil en una comunidad como la gallega, en la que el control de los mecanismos de poder ha sido el único y verdadero imán que ha mantenido al PP cohesionado", augura un dirigente autonómico.

Sobrevivir a la crisis

El líder del PP está convencido, según algunos dirigentes populares que trabajan habitualmente con él, de que julio marcará el "fin de un ciclo", un ciclo que ha girado casi en exclusiva en torno al 14 de marzo; es decir, a la pérdida inesperada del poder.

El presidente del PP ha comentado más de una vez en privado en estas semanas que cree haber salido "razonablemente bien" del derrumbe. Mantiene que los datos de tendencia "no son malos" y que es difícil pensar que el PP hubiera podido sobrevivir con otra estrategia a la grave crisis en la que entró a raíz de la pérdida del Gobierno.

"Ésa es su principal defensa: ha encabezado un año de resistencia, y eso deja poco margen para el reproche. Ahora hay que ir cerrando el trauma del 14-M e intentar construir una alternativa", asegura un dirigente próximo al presidente del PP. "Hay el riesgo de pretender seguir como hasta ahora, peleando en el ring, cuando de lo que se trata es de encontrar líneas de actuación política más atractivas", insiste. ¿No le parece un inconveniente la identificación con la jerarquía de la Iglesia católica que se ha producido en los últimos meses? "Esto no han sido batallas normales", explica, pero admite que un importante sector del PP pretende continuar en esa línea. ¿Qué hará Rajoy? "Lo importante es que termina una etapa. Es de suponer que los temas de enfrentamiento con el Gobierno sean ahora otros", sugiere.

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