Veteranía
El doble numerito protagonizado por Max Biaggi en los entrenamientos del Gran Pemio de Holanda podría explicarse a través de dos lecturas bien distintas: a/ éstas son cosas que pasan en las carreras; b/ el verdadero problema es otro, sólo se trata de sus síntomas. Tras salirse de la pista Biaggi volvió a entrar en ella sin mirar cortando la trayectoria de Battaini, quien chocó contra su moto y acabó en el suelo mientras el romano se iba de rositas; luego tuvo un encontronazo poco claro con Melandri, un diálogo de codos y rodillas del cual no salió precisamente bien parado. Por todo ello la organización de la carrera le sancionó con una multa de 5.000 dólares.
Si del primer incidente se puede deducir una actitud negligente -cuando no prepotente- por parte de Biaggi, la clave del segundo es la sorpresa del propio piloto de HRC al verse tan contundentemente contestado por un Melandri correoso y batallador. Para algunos pilotos la presión psicológica es un factor crucial. Basta recordar el caso de Doohan frente a Crivillé, o la que está ejerciendo desde hace tiempo Rossi sobre Gibernau. Un rival fuerte es un rival temido, pero no tiene que ser necesariamente invencible. De hecho, deja de serlo cuando uno ya no lo cree así.
Max Biaggi cumple hoy 34 años, edad provecta en el motociclismo deportivo de élite -es el tercer piloto más viejo de la categoría, tras Troy Bayliss (1969) y Alex Barros (1970)- que ha ido rebajando este listón con el tiempo. Giacomo Agostini, el más laureado piloto de la historia -15 títulos mundiales-, se retiró en plena forma rozando la cuarentena. Antes que él estuvieron corriendo figuras como Tarquinio Provini, Bill Lomas, Percy Tait y otros hasta edades más avanzadas. El legendario Mike Hailwood protagonizó su sonado retorno venciendo en el TT de la Isla de Man a los 42 tacos.
Actualmente un corredor profesional accede mucho antes a la máxima categoría y con un nivel de pilotaje muy superior; ya no es posible ser competitivo en las clases inferiores a partir de cierta edad (hay limitaciones reglamentarias vigentes en este sentido para 125cc), porque los que vienen empujando el relevo se inician muy jóvenes.
La tercera fila de salida de la parrilla de ayer estaba formada por tres hombres -Biaggi, Barros y Capirossi- al final de su carrera deportiva, que ya han ganado todo lo que tenían que ganar o que podían ganar (excepto el brasileño los otros dos tienen títulos en 125 y 250). Con el futuro más que resuelto y una familia detrás, seguir jugándose el físico a 300 km/h va dejando de tener sentido... No estar ya entre los más rápidos de la parrilla tampoco cuesta tanto de aceptar. El problema es otro: cómo se lo toma mi ego. Hoy Biaggi ya no da miedo a nadie en la pista, y aún menos fuera de ella. Los pilotos más jóvenes no se arrugan ante ninguna vaca sagrada. Y hacen bien.
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