El Museo del Ejército cerrará sus puertas el 30 de junio para su traslado a Toledo
El Museo del Ejército cierra sus puertas el 30 de junio, fecha en la que arranca la fase decisiva de su traslado al alcázar de Toledo. Así lo confirmó ayer un portavoz del Cuartel General del Ejército a una pregunta de este diario. El cierre cancelará el acceso de visitantes a las 20 salas donde se exponen sus colecciones permanentes, que ocupan desde 1841 la práctica totalidad de su edificio, situado en la calle de Méndez Núñez, 1, junto al parque del Retiro.
En las salas clausuradas se iniciará inmediatamente el proceso de inventariado, puesta al día y embalaje de las piezas del museo, desde cañones medievales hasta armas cortas y banderas -más de 30.000 fondos- para su envío, primero, a almacenes de la Escuela Politécnica del Ejército, en Madrid y, en una segunda fase, a la capital toledana. Allí, prosiguen a buen ritmo las obras del futuro museo de Historia Militar en el seno del edificio histórico construido durante el reinado de Carlos I, en 1545. La culminación de las obras y la inauguración del futuro museo militar están previstas para el año 2007.
Sala abierta
En el edificio madrileño, sólo permanecerá abierta al público una pequeña sala para exposiciones temporales. En estos días y hasta el mes de julio, se exhibe allí una muestra de sables. Sin embargo, los investigadores podrán acceder a su biblioteca, con más de 8.000 fondos, y, según las mismas fuentes, algunas visitas con carácter restringido.
La iniciativa del traslado a Toledo y el previo cierre del edificio del Museo del Ejército, que ocupa el único ala que se ha conservado del palacio del Buen Retiro, fue decidida en marzo de 1999 por el Gobierno del PP, para instalar en su Salón de Reinos las pinturas del Museo del Prado que en el siglo XVII decoraron Velázquez, Zurbarán, Castelló y otros pintores, bajo el lema Los trabajos de Hércules. Aquellas series pictóricas recogían alegorías a la monarquía española. Además, el salón se hallaba ornamentado con cuadros de victorias militares hispanas, como La rendición de Breda, de Diego Velázquez.
No obstante, el proceso de traslado y agregación al Prado fue impugnado por la Asociación de Amigos del Museo del Ejército, apoyada por entidades como la Real Academia de la Historia. La impugnación languideció luego, para reavivarse posteriormente y acrecentarse durante el proceso de ampliación del Museo del Prado a costa del desmontaje del claustro de la iglesia San Jerónimo el Real, igualmente rechazado por entidades vecinales, culturales -como Icomos, organismo asesor de la Unesco- y políticas, como los Grupos Parlamentarios Socialista y de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid. En el parlamento regional no prosperó su proposición para impedir el traslado a Toledo.
El pasado jueves, la orden de cierre llegó al Museo del Ejército.
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