A un triunfo de la gloria y del abismo
El Tau busca su segunda Liga frente a un Madrid que ya perdió la Copa
El Maccabi de Tel Aviv le dejó con la miel en los labios en la final de la Euroliga y con tanta hambre atrasada difícil será que el Tau no se proclame esta tarde (20.00, La 2) o, si es necesario el domingo, campeón por segunda vez de la Liga -gana 2-1 en la final que se disputa al mejor de cinco-. Los guerreros de Boza Maljkovic deberán hacer mucho más que sudar sin descanso y exhibir sus músculos para que el Real Madrid no pierda su segunda final de la temporada, después de premiar con la Copa del Rey al Unicaja.
"Los pequeños detalles decidirán la final", adelantó la semana pasada Maljkovic, y parece que lo será por lo sucedido en el último minuto del tercer partido (82-83), disputado el martes en Vistalegre. Faltaba un minuto escaso para la bocina final, el Madrid mandaba en el marcador por tres puntos y tenía la posesión. Para colmo Sonko, el hombre de las transiciones rápidas, el tipo fiable que sale y entra silencioso del banquillo, botaba el balón... cuando a mitad del parquet Vidal le interceptó un pase horrible y machacó el aro. El escolta francés falló a continuación un tiro libre y palmeó un balón imposible que daba la victoria a su gente. Hasta que a falta de tres segundos Scola, perdido en combate hasta entonces, anotó los mismos puntos en el primer cuarto (8) que en cada uno de los dos partidos anteriores. Los chicos malos de Maljkovic obsequiaron con un triunfo impensable a los malabaristas de Ivanovic.
"Hicimos un gran partido pero les regalamos el triunfo", resumió, sin citar nombres, el entrenador del Madrid, que no ha tenido tiempo " para terapias ni para subir el ánimo". Pese a la adversidad hizo honor a su fama y apeló al "carácter"para voltear la eliminatoria. "Somos lo suficientemente duros como para jugar mejor". Lo cierto es que en los momentos clave el Madrid adolece del cerebro sereno de un base puro -con Bennett de baja, Sonko, Bullock y Hamilton se relevan en el puesto-, justo uno de los puntos fuertes del Tau, con Prigioni y Calderón. Eso y su incapacidad para rematar las faenas peligrosas. "Perdimos el tercer partido porque cometimos errores infantiles", resumió ayer con acierto Felipe Reyes.
Tampoco le beneficia la historia a los madridistas. Poco tiene que temerle a Maljkovic su pupilo, Dusko Ivanovic, que ya le ganó una Copa Korac y una Liga ACB. Pese a todo, camino de la segunda ACB y cauto con los micrófonos pese a sus aspavientos a pie de cancha, recalcó que "el último partido siempre es el más difícil. El tercer partido lo jugamos como si fuera uno más".
Aun así, en contra de lo que dictan el basket total del Tau y la defensa a ultranza del Madrid, las diferencias entre ambos son irrisorias, de 3 puntos por partido. La más baja de la historia. Tan sólo sucedió algo parecido en 1995, cuando el Barça se impuso al Unicaja en cinco combates muy parejos. Los vitorianos, eso sí, obtienen grandes diferencias en los dos primeros periodos y luego aguantan el tirón, mientras que los blancos nunca se van del partido y de menos -al descanso pierden en el 55% de sus partidos- a más aceleran el ritmo.
Otra muestra de una serie tan igualada es que el Madrid dominó más de la mitad del último choque, cuando el Tau había ido ganando en 71 de los 80 minutos de los dos primeros partidos. "Ahora es un momento de tranquilidad, pero también lo era tras perder la primera cita", esgrime Calderón. Enfrente, en el Madrid tocan a rebato. Hoy juegan en casa. Otra cosa es lo que, en caso de victoria, hagan en un fortín tan difícil de asaltar como el Buesa Arena.
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