Bono prefiere las marchas contra el hambre a las convocadas por el matrimonio homosexual

El ministro de Defensa explicó ayer en referencia a la legalización aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de los matrimonios entre homosexuales que "ni soy un fanático en el socialismo ni un fundamentalista en lo religioso y por eso creo poder compatibilizar mis ideas y mis creencias en la medida en que mis ideas se mueven en el campo de la solidaridad y mis creencias en las del amor". Bono recurrió al sermón de un sacerdote para asegurar que "todo aquello que está lleno de amor no puede ser mal visto en el ámbito de la religión cristina", si bien confesó que le parecía más importante "el hambre en el mundo" que con la persona con la que se acuesta el vecino.

"Y para manifestaciones, entre unas y otras", dijo en referencia a las convocadas en contra o a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, "yo prefiero ir, por ejemplo, a la convocada el próximo domingo en contra del hambre en el mundo; voy como ciudadano que es socialista, ministro y que quiere ser cristiano".

En alusión a la postura adoptada por los obispos españoles, el titular de Defensa insistió en que son libres de ir a las manifestaciones que consideren oportunas: "No soy quien para limitarle el derecho de manifestación a nadie y no soy quien para limitarle el derecho de manifestación de nadie. Además hay obispos para todas las manifestaciones", concluyó.

Bono, ex presidente de Castilla-La Mancha, no quiso pronunciarse acerca de la polémica entre esta comunidad con la valenciana o la murciana a cuenta del trasvase Tajo-Segura. "Al igual que la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, "no habla de carros de combate, yo no hablo del agua", enfatizó el ministro.