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Zapatero pide a las víctimas que confíen en él ante el proceso para lograr la paz

El presidente de la AVT, José Alcaraz, teme "posibles concesiones del Gobierno a ETA"

Luis R. Aizpeolea

José Luis Rodríguez Zapatero pidió ayer a las asociaciones de víctimas del terrorismo que confíen en él ante el proceso para lograr la paz en Euskadi. Zapatero, acompañado del ministro del Interior, José Antonio Alonso, y del alto comisionado para las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, esgrimió la firmeza del Ejecutivo en la lucha contra el terrorismo, avalada por la detención de 180 dirigentes y militantes de ETA desde que gobierna, para reclamar esa confianza a las asociaciones, a las que también pidió que no "especulen" sobre su actitud para "no dar alas" a la banda terrorista.

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Zapatero cumplió ayer su compromiso de recibir a las asociaciones de víctimas del terrorismo tras las elecciones gallegas para explicarles su posición ante un hipotético diálogo del Gobierno con ETA y escuchar sus reclamaciones. El presidente del Ejecutivo contrajo tal compromiso tras la manifestación, convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), el pasado 4 de junio en Madrid, en la que participaron más de 200.000 personas según los cálculos del Cuerpo Nacional de Policía, para rechazar, precisamente, un hipotético diálogo de La Moncloa con ETA.

El ministro del Interior, que acompañó a Zapatero en la reunión, explicó a las asociaciones de víctimas del terrorismo la "tarea eficaz" del Gobierno contra ETA, con las 180 detenciones practicadas en un año, muchas de ellas "muy cualitativas", que han acarreado la debilidad actual de la banda terrorista.

Zapatero manifestó, a continuación, a los representantes de las asociaciones, que sobre esa realidad "no se pueden construir conjeturas, hipótesis o futuribles, cuando se está hablando de una banda activa, aún con capacidad operativa y a la que la democracia le exige que abandone definitivamente las armas". Se refería a la manifestación preventiva contra el diálogo del Gobierno con ETA convocada por la AVT, y pidió a los representantes de las asociaciones que no se hagan eco de esas especulaciones porque, con ellas, "dan alas a ETA".

El presidente del Gobierno dijo, en contraste, que dispone de datos de los servicios de información e inteligencia con los que se elaboran análisis objetivos de la realidad, que son los que le permiten abrigar ciertas expectativas de paz. Pidió a las asociaciones de víctimas comprensión porque el Gobierno no puede revelar esos datos, pues "pertenecen al cupo de seguridad del Estado, que los maneja y analiza con toda objetividad y responsabilidad". A renglón seguido, pidió confianza en su actitud, avalada por su firmeza en la lucha contra el terrorismo, y añadió que "el Gobierno vive pegado a la realidad".

También reclamó Zapatero la unidad democrática contra ETA. Reiteró, en este sentido, su pretensión de reunirse próximamente con el presidente del PP, Mariano Rajoy, para acercar posiciones en la política antiterrorista, que ha sufrido un distanciamiento desde la resolución parlamentaria sobre ETA aprobada mayoritariamente en el Congreso en mayo pasado, con la única excepción de los populares, tras el debate sobre el estado de la nación.

El presidente del Gobierno apeló también a los valores de la Constitución para explicar a las asociaciones de víctimas su actitud ante un diálogo con ETA. Reiteró que el Ejecutivo basa su política, en este terreno, en los pactos unitarios de Madrid, Ajuria Enea, Navarra; el Pacto Antiterrorista y la última resolución parlamentaria. Todos ellos avalan un diálogo del Gobierno con ETA si la banda deja las armas, con el límite de no pagar ningún precio político.

Zapatero aseguró a las asociaciones que ese diálogo no se ha producido porque ETA aún no ha abandonado las armas, y se comprometió con ellas a explicarles su posición en el caso de que se den las condiciones para dialogar.

Las explicaciones del Gobierno no convencieron al presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, que, al salir de la reunión, dijo que mantiene su "preocupación e inquietud por las posibles concesiones a ETA por parte del Ejecutivo". Basó su preocupación en que el Gobierno "intenta agradar al entorno etarra, ya que el presidente no ha querido negar que pueda haber alguna contraprestación a los terroristas si abandonan las armas". Se opuso, con ello, a la posibilidad de reinserción de los presos de ETA si dejan las armas, recogida en todos los pactos contra el terrorismo, incluidos el acuerdo de Madrid de noviembre de 1987 y el de Ajuria Enea de enero de 1988.

Alcaraz argumentó que anteriores diálogos con ETA, como el de Argel, en 1989, "sólo dieron como resultado fortalecer a la banda" y pidió aprender "de los errores del pasado". Censuró al Gobierno la no ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK, en euskera).

También exigió al Gobierno que no se cierre la comisión de investigación parlamentaria del 11-M y amenazó con nuevas movilizaciones si no se le hace caso.

Alcaraz reiteró igualmente la petición de dimisión de Peces-Barba, presente en la reunión, como Alto Comisionado de las Víctimas del Terrorismo. Zapatero defendió la ejecutoria de Peces-Barba. Fue inútil. Peces-Barba dijo entonces: "No insista, presidente, porque el esfuerzo inútil conduce a la melancolía, como decía Ortega", informa Elsa Granda.

A la derecha, Zapatero, flanqueado por Alonso y Peces-Barba. Enfrente de ellos, la delegación de la AVT, encabezada por José Alcaraz.
A la derecha, Zapatero, flanqueado por Alonso y Peces-Barba. Enfrente de ellos, la delegación de la AVT, encabezada por José Alcaraz.GORKA LEJARCEGI

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