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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Horry dispara su leyenda

El mayor triplista en la historia de las finales de la NBA da el triunfo a los Spurs

En un duelo espectacular, uno de los mejores que han registrado las finales de la Liga profesional norteamericana de baloncesto, San Antonio Spurs venció a Detroit Pistons en el quinto partido de la eliminatoria por 95-96 tras una prórroga. Los Spurs tienen así en bandeja su tercer título. Para ello les bastará con ganar el sexto encuentro, que se disputará en la madrugada española del martes al miércoles en su propia pista.

Robert Horry, el jugador que más triples ha anotado en la historia de las finales de la NBA, convirtió una canasta de tres puntos a falta de cinco segundos y selló la victoria para su equipo al tiempo que agrandó su leyenda para siempre.

Fue en el último cuarto cuando la figura de Big Shot Bobby, como en otras tantas finales, destacó de forma descomunal. Horry anotó su primera canasta, un triple, a falta de un segundo para el final del tercer cuarto. Lo que siguió fueron 18 puntos más a base de los movimientos que le han hecho tan famoso.

DETROIT 95 - SAN ANTONIO 96

PRORROGA

Detroit Pistons: Hamilton (15), Billups (34), Prince (10), Rasheed Wallace (12), Ben Wallace (13) -cinco inicial-, McDyess (9) y Hunter (2).

San Antonio Spurs: Parker (14), Ginóbili (15), Bowen (10), Duncan (26), Mohammed (6) -cinco inicial-, Horry (21), Barry (3) y Brown (1).

Árbitros: Dick Bavetta, Joe de Rosa y Eddie F. Rush. Sin eliminados.

Quinto partido de la final (al mejor de siete) de la NBA: 22.076 espectadores en el Palace de Auburn Hills, en Detroit. San Antonio, que jugará los dos últimos en su cancha, vence por 3-2.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

23-2119-2121-2226-256-7

Más información
Los Spurs de San Antonio, campeones de la NBA

Nadie ronda mejor la zona que este jugador de Alabama. Como si de un submarino espía se tratara, Horry ha desarrollado un instinto especial para apropiarse de los momentos más trascendentes de los encuentros. Parece que su destino es caminar por la cancha como si no fueran con él, con desgana, pensando si son lo suficientemente importantes para su presencia en ellos.

Entonces llega el último cuarto y la prorroga del quinto partido de la final y Horry levanta los brazos en señal de que está listo para hacer algo importante. Recibe el balón y se acaba el envite.

Tim Duncan, después de dos pobres partidos, completó otra gran actuación. Pero si algo llamó la atención fue la curiosa actuación de Chauncey Billups. Tras completar un excelente encuentro, probablemente el mejor de su carrera, el base de los Pistons comenzó en la prórroga a delegar responsabilidades en Hamilton, en Rasheed Wallace y en cualquiera que levantara la mano. Billups comenzó a pasar el balón en cuanto empezó a quemarle, cortando su propio ritmo y, en consecuencia, el de todo su equipo.

Después de cuatro partidos en los que el equipo local barrió con facilidad, la NBA necesitaba una dosis de drama. Y, cómo no, donde hay drama está Horry.

Robert Horry.
Robert Horry.REUTERS

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