Las autoridades claudican ante el caos circulatorio de San Sebastián
La variante donostiarra de la A-8 se halla al límite de su capacidad
La variante donostiarra de la A-8 está al límite de su capacidad. El grado de saturación de tráfico que soporta -120.000 vehículos de media al día- ha elevado el índice de siniestralidad hasta niveles máximos, lo que provoca retenciones casi diarias en los accesos a San Sebastián. En este tramo de apenas 5,2 kilómetros de longitud se registra casi un accidente al día. Los responsables de Carreteras admiten que el problema de la congestión circulatorio es ya estructural y no tiene remedio, salvo que los conductores cambien completamente sus hábitos.
No existe un protocolo de actuación en caso de accidentes, ni un plan contra los atascos
Entre ese cambio se incluye apostar por el transporte público y el uso compartido del vehículo privado. Un recuento oficial de la siniestralidad que soporta la variante donostiarra (5,2 kilómetros de longitud entre Aiete e Intxaurrondo) arroja el resultado de 23 accidentes en un mes. La estadística está realizada entre mayo y junio de este año, en unas fechas con menor incidencia de siniestros debido a que esos días hizo buen tiempo. Haciendo una extrapolación de estos datos, se podría concluir que en los seis primeros meses de este año se ha registrado casi una media de un accidente al día.
Y un accidente en la A-8 a su paso por San Sebastián representa, en la mayoría de los casos, la formación de largas retenciones de vehículos, con lo que los accesos a la capital guipuzcoana quedan prácticamente colapsados. Es una situación similar a la que diariamente sucede en las carreteras de entrada a Bilbao.
Esta problemática de la variante donostiarra, que es extensible en menor grado a la N-1 entre Andoain y San Sebastián y en el tramo que va desde la capital hasta la frontera, es una de las principales preocupaciones del Departamento de Carreteras de la Diputación de Guipúzcoa y de la Dirección de Tráfico del Gobierno vasco. Ninguno encuentra el remedio para agilizar la circulación y reducir la tasa de accidentalidad. "La solución no es hacer más carreteras", afirma el diputado de Carreteras, Javier Zuriarrain. Todo queda a expensas del "comportamiento social" de los usuarios de las carreteras.
El problema de la congestión "no se arreglará" con los 300 millones de euros que va a destinar este año la Diputación de Guipúzcoa a mejorar la red viaria y a construir nuevos viales. Las fórmulas que proponen los responsables de las infraestructuras viarias se reducen a proponer un "cambio de hábitos", consistente en reforzar el transporte público de viajeros y el uso compartido del vehículo privado. No hay recetas mágicas. Hasta que no exista una concienciación ciudadana, el problema de las carreteras no tendrá remedio.
En los despachos donde se diseñan las políticas de Carreteras de Guipúzcoa ha cundido la resignación. A todas las preguntas relacionadas con la mala situación de las carreteras de esta provincia se responde de la misma forma: en el resto de las ciudades existe el mismo problema. ¿Y por qué no se toman medidas drásticas para solucionar el grave problema de la congestión del tráfico, los atascos y las retenciones? "El problema existe en toda Europa y tampoco lo han solucionado", asegura Zuriarrain.
Toda la culpa recae en los conductores, especialmente los camioneros, a quienes desde la Diputación se ha reprochado en numerosas ocasiones que no respetan los límites de velocidad y la prohibición de adelantamiento, lo que niegan en rotundo los camioneros.
No existe un protocolo de actuaciones en caso de accidentes, ni un plan contra los atascos. La policía, las ambulancias y las grúas encuentran muchas dificultades para llegar con rapidez al lugar de los siniestros y abrir las carreteras cortadas en el menor tiempo posible. De ahí que recientemente en San Sebastián se hayan formado caravanas de hasta 11 kilómetros de longitud o de hasta 20 en N-1 a la altura de Andoain.
Estos problemas podrían agravarse durante las operaciones salida y retorno de las vacaciones. El año pasado se formaron colas de 24 kilómetros en la A-8. La Diputación confía en que la construcción de terceros carriles entre San Sebastián e Irún, que no estarán finalizados hasta diciembre próximo, ayude a mejorar la circulación y que la construcción del segundo cinturón -las obras están anunciadas para este verano- reduzca el grado de saturación de la variante de la A-8.
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