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Reportaje:FÓRMULA 1 | Gran Premio de Estados Unidos

Renault amenaza con no correr

Michelin no garantiza la seguridad de sus neumáticos y pide a la FIA que le permita cambiarlos antes de la carrera de hoy

La tormenta se desató ayer en el circuito de Indianápolis, cuando los responsables de Michelin se confesaron incapaces de descubrir el problema del neumático trasero izquierdo que llevó a Ralf Schumacher a estrellarse contra el muro en los entrenamientos libres del viernes por la tarde. Aunque fue el más espectacular, el suyo no fue el único accidente. También Ricardo Zonta, que hoy conducirá el Toyota de Ralf -con un leve problema de visión-, sufrió la destrucción interna del mismo neumático trasero. Y en otros equipos se detectaron similares problemas: el acentuado peralte de la curva oval crea un desgaste inhabitual en el neumático trasero exterior, el que más sufre. Probablemente se trate de un error de fabricación, porque Bridgestone no acusa estos problemas.

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La consecuencia fue que Michelin comunicó a la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y a las escuderías a las que calza que no podía garantizar la seguridad de sus vehículos con los compuestos de que disponía. Y Flavio Briatore, director de la escudería Renault, saltó de inmediato: "Si mañana [por hoy] no nos dejan cambiar los neumáticos antes de la carrera, no competiremos. A no ser que Michelin nos dé garantías de seguridad. Para nosotros lo principal es preservar a nuestros pilotos".

"Aunque lo hemos estudiado en nuestros laboratorios aquí y en la base de Clermont Ferrand, aún no sabemos por qué se destruye el neumático", aseguró Nick Shorrock, director de competición de Michelin. "Y mientras no encontremos la clave del problema, aconsejaremos a nuestros equipos que no compitan. La única solución que estamos intentando es que la FIA nos autorice a cambiar todos los neumáticos mañana antes de la carrera. Ya han salido 100 juegos de Clermont Ferrand, con las especificaciones que utilizamos en Barcelona, que pensamos que pueden concluir la carrera sin problemas". Las normas de la FIA especifican que ningún equipo puede cambiar los neumáticos tras la clasificación.

A pesar de todas estas cuestiones, todas las escuderías disputaron ayer la cronometrada para la composición de la parrilla de salida. Y los coches de Michelin la dominaron por completo: cinco de los seis primeros coches iban calzados por ellos. La pole se la llevó Jarno Trulli (Toyota), que compartirá la primera línea con Raikkonen (McLaren). Fernando Alonso (Renault) logró el sexto mejor tiempo (a 7 décimas del líder), por detrás de Button (BAR), Fisichella (Renault) y del Ferrari de Michael Schumacher. El español no tendrá una salida fácil. "Iba con más gasolina que mi compañero, por eso iba más lento. Pero estoy contento", señaló Alonso. "La cuestión ahora es saber qué dirá Michelin en las próximas horas. Yo estoy convencido de que vamos a correr. Un GP de F-1 no hay quien lo pare. Se encontrará una solución: o correremos aplicando las recomendaciones que ellos nos han dado ya hoy -elevar la presión y preservar el neumático todo lo posible-, o con los nuevos neumáticos, aunque tampoco es seguro que las especificaciones de Montmeló sean correctas aquí".

Alonso insistió en que él no acusó en absoluto el problema de los neumáticos en ninguno de los entrenamientos. "No he notado nada en la pista e incluso cuando nuestros técnicos han analizado los neumáticos los han encontrado en buen estado. Pero en otras escuderías de Michelín sí se han detectado problemas muy serios". Es el caso de McLaren, donde los coches acabaron los entrenamientos con el neumático trasero izquierdo a punto de estallar. "El problema son las tres o cuatro primeras vueltas", incide Alonso. "Después, cuando el neumático ha cogido temperatura y presión, aguanta mejor".

Sin embargo, la gravedad de la situación persiste. El GP de EEUU sigue en peligro. "No vamos a autorizar el cambio de neumáticos", dijo Charlie Whiting, director de carrera y delegado de seguridad de la FIA. "Pero ya avanzo que si no hay un mínimo de 12 coches en la parrilla, la carrera se suspenderá". La presión de Briatore es fuerte y ha provocado ya reuniones de los equipos con Michelin. Pero los intereses de las demás escuderías son muy distintos a los de Renault. Raikkonen, segundo en el Mundial a 22 puntos de Alonso, ya dijo ayer: "No estoy preocupado por los neumáticos. Lo que yo quiero es correr". No habrá unión en las siete escuderías de Michelin. Y Bridgestone y Ferrari se frotan las manos: "Si tienen problemas que los resuelvan. Nosotros los hemos tenido en cada carrera", dicen.

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