Recuperar la memoria
Recuerdo los libros que no pude leer porque Manuel Fraga los prohibía; también recuerdo las películas que no pude ver porque Manuel Fraga las censuraba o mutilaba; puedo recordar las editoriales y productoras de cine que Manuel Fraga condenó cerrándolas; perviven en mi memoria los filtros policiales que Manuel Fraga organizaba para prohibir espectáculos y acontecimientos culturales; resuenan en mis oídos las tonitronantes y despóticas soflamas y amenazas de Manuel Fraga, controlador de medios de comunicación; todavía tiemblo cuando recuerdo la campaña que Manuel Fraga orquestó para celebrar los 25 Años de Paz del franquismo; y me revuelvo al rememorar la participación de Manuel Fraga en gobiernos represores y amparadores de penas de muerte. Recuerdo otras muchas cosas que pueden verse y leerse en las hemerotecas.
Y hoy asisto, indignada, como mujer, a la enésima referencia machista con las que Manuel Fraga nos obsequia periódicamente.
En manos de esos mis paisanos está el dar por terminada, el próximo día 19, la anomalía democrática que Manuel Fraga Iribarne ha representado durante los últimos treinta años.
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