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ELECCIONES GALLEGAS | La batalla por el voto

Fraga denuncia que al PP lo quieren callar con "falsas encuestas y mentiras"

Rajoy dice que el Gobierno sólo le da dinero "a quien lo tiene cogido por donde sabéis"

Xosé Hermida

Manuel Fraga se abandonó ayer a la nostalgia y al entusiasmo en Lugo, la ciudad donde estudió el bachillerato y donde le recibió el público más multitudinario y enardecido de toda la campaña para las elecciones autonómicas. Y el presidente de la Xunta se remontó a los tiempos de la transición, cuando también en Lugo unos alborotadores trataron de reventarle un mitin. Fraga equiparó a aquellas 300 personas -"cargué contra ellas hasta que saltaron por la ventana", recordó- con los que ahora tratan de "callar al Partido Popular con mentiras y falsas encuestas".

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Unas 3.000 personas -una cantidad similar a la que había reunido el día anterior el presidente José Luis Rodríguez Zapatero- no cesaron de vitorear a Fraga y a Rajoy, a los que interrumpieron constantemente azuzados por el coro de jóvenes situados en el escenario tras los oradores. La claque de los chicos gritaba: "¡Zapatero, embustero!", "Experiencia contra incompetencia" y "Quintana, Touriño, seguide no banquiño". Y a continuación la multitud y los oradores secundaban la consigna. Entre el fervor general, Rajoy acabó acusando al Gobierno de Rodríguez Zapatero de otorgar fondos del Estado sólo a "los que lo tienen cogido por donde todos ya sabéis".

Desde el pasado fin de semana, Fraga desgrana una promesa por día. La de ayer era la facilitar la instalación de medio millón de conexiones a Internet en domicilios de profesores y estudiantes. Por lo demás, volvió sobre temas ya conocidos. Insistió en que el Gobierno ha "robado" a su comunidad autónoma el dinero del Plan Galicia y de nuevo aseguró -aunque en términos menos dramáticos que en otras ocasiones- en que un Gobierno de coalición entre PSdeG y BNG pondría a Galicia en riesgo de sufrir la amenaza terrorista. Fraga terminó pidiendo a los suyos que se afanen para contrarrestar la fuerza de los dos partidos de la oposición. "Ellos están más movilizados que nunca y van a utilizar todos los medios, entre ellos los menos decentes", sentenció antes de partir para Vilalba (Lugo), su localidad natal, donde cerró la jornada con un mitin que se prolongó hasta casi la medianoche.

En Lugo, Rajoy volvió sobre una idea que ya había expuesto por la mañana en Vigo, donde estuvo repartiendo publicidad electoral entre los transeúntes. El líder nacional del PP presentó a su partido como el garante del bienestar y de la solidaridad territorial frente a socialistas y nacionalistas, "dos hermanos siameses cuyo destino está indisolublemente unido y que sólo van a aportar inestabilidad y ausencia de reglas de juego". "Touriño no es nada sin Quintana y Quintana no es nada sin Touriño", afirmó. A pesar de que ambos se necesitan, explicó Rajoy, "no tienen más proyecto político que derrotar al PP". El líder de la oposición enumeró algunos "temas fundamentales" en los que ambas fuerzas políticas no coinciden como el plan Ibarretxe, la Constitución europea y los últimos Presupuestos del Estado, que el BNG vetó en el Senado.

"Somos el partido de Galicia y Fraga es el líder de Galicia, el que mejor encarna el pensamiento de los gallegos", proclamó el presidente nacional del PP.

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En declaraciones a los periodistas en Vigo, Rajoy se sacó de encima las preguntas sobre la advertencia que el día anterior le había hecho durante un mitin en Lalín (Pontevedra) Xosé Cuiña, antiguo delfín de Fraga y aspirante a sucederle con el apoyo del sector rural del PP gallego. Cuiña proclamó que luchará "como un gladiador" por recuperar el poder en el partido. Rajoy despachó la figura de Cuiña como "uno más de los más de 38 diputados populares (el límite de la mayoría absoluta) que habrá en el próximo Parlamento".

El líder baja a la calle

Con americana de pana y sin corbata, Mariano Rajoy se ha echado a la calle. Nunca ha sido hombre de gestos populistas, pero las elecciones del próximo domingo constituyen un examen crucial para su carrera política, cuyo juicio está, además, al albur de lo que decidan sus paisanos gallegos. Por segunda vez en pocos días, Rajoy recorrió ayer el centro de Vigo entregando publicidad electoral a los transeúntes, que le recibieron con cordialidad aunque sin grandes entusiasmos.

Los recorridos por las calles de las principales ciudades gallegas los repetirá hasta el próximo sábado, cuando regresará a Madrid. Aunque sus giras urbanas cubrirán todo el territorio gallego, Rajoy centrará sus esfuerzos en la provincia de Pontevedra, donde residió hasta su traslado a Madrid y donde los vaticinios de las encuestas son más esquivos para el PP.

El propio Fraga ha unido su suerte a la de Rajoy al proclamar varias veces, desde el comienzo de la campaña, que en las elecciones gallegas también se juega el liderazgo del PP. A la ofensiva de Rajoy se han sumado otros dirigentes como el líder del partido en Cataluña, Josep Piqué, quien refuerza el principal argumento de campaña de los populares: advertir sobre las consecuencias para Galicia de un Gobierno como el que preside Pascual Maragall en la Generalitat de Cataluña.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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