Muchos ojos para un mismo problema

Una anciana de la localidad ecuatoriana de Loja tiene a su cargo a 15 nietos. Éste es tan sólo uno de los múltiples efectos de la inmigración. Un fenómeno que, en ocasiones, se aborda de manera parcial y puntual sin tener en cuenta su complejidad. Por este motivo, unos cuarenta profesores universitarios de diferentes áreas (economía, sociología, historia o trabajo social) abordaron el pasado fin de semana el fenómeno de la inmigración y su integración sociolaboral en una jornada organizada por el Grupo de Estudios de Paz y Desarrollo (GEPYD).

Según resumió ayer el profesor de Fundamentos del Análisis Económico de Alicante, José Silva, director de la reunión, uno de los temas más interesantes fue conocer las consecuencias que la inmigración tiene en los países de origen. "Es evidente que las remesas de dinero que envían los inmigrantes que trabajan aquí generan riqueza en su país de origen, pero también hay ciertos problemas de desarraigo familiar que se deben valorar", explica Silva, que pone como ejemplo el caso de esta anciana ecuatoriana.

Los expertos que se reunieron en la sede de Biar de la Universidad de Alicante destacaron, además, las "dificultades" y los "problemas metodológicos" que afrontan los investigadores sociales para obtener datos fiables y oficiales sobre el efecto de la inmigración, por ejemplo, en el mercado laboral.

Daniel La Parra, del departamento de Sociología II, centró su conferencia en la valoración del último proceso de normalización de inmigrantes en España y sus consecuencias en la estructura social. "Se observa que la inserción laboral de la población inmigrante se produce con escasos salarios y duras condiciones de trabajo", apuntó ayer el investigador, que se detuvo en explicar cómo las mujeres inmigrantes copan el empleo generado en el hogar y servicios, y cómo los varones encuentran empleo en la agricultura y en la construcción. "Sin embargo, en la hostelería está bastante equilibrado", reconoció. Estas cifras sirven de base a La Parra para defender su tesis de que cuando se habla de inmigración no sólo es un fenómeno social y cultural, "es un efecto compuesto en el que se debe analizar el origen cultural, su posición social y su género; no es lo mismo como se integra un hombre que una mujer".

El sociólogo Miguel Ángel Mateo apuntó que se estableció "un nexo entre inmigración y desarrollo, por eso el fenómeno migratorio debe entenderse no sólo desde el punto de vista económico o de impacto social, también debe tener en cuenta temas como los derechos humanos".

El Grupo de Estudios de Paz y Desarrollo (www.ua.es/es/cultura/cepyd) es una de las numerosas redes de investigación que se han creado en el campus de Alicante, aunque su particularidad respecto a las demás es su interdisciplinariedad. "Abordamos temas complejos, como la paz o la violencia de manera interdisciplinar", dijo Mateo. De esta red, que en la actualidad está coordinado por Clemente Penalva, se encarga de organizar debates como éste, conferencias, publicaciones y coordinar estudios interdisciplinares. Entre los docentes que forman parte de este grupo figuran, entre otros, Antonio Alaminos, José Alcalde, Maria del Carmen Albert, María Asunción Martínez, Eva Espinar, Rodolfo Martínez, Mónica Moreno, Begoña Subiza Martínez y José María Tortosa.