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AULAS | EL COCO DE LOS EXÁMENES

La falta de planificación es la principal causa del miedo a los exámenes

Alumnos, profesores y padres coinciden en que, en general, se estudia poco y a última hora

Margot Molina

Junio es el mes más temido por los estudiantes y la razón no es otra que los exámenes. Este mes pone a prueba el rendimiento del resto del curso y, salvo para los que cuentan con evaluación continua, es definitivo para los resultados escolares, desde Secundaria hasta la universidad. La falta de planificación durante todo el curso es, en opinión de padres y profesores e incluso de los mismos estudiantes, el motivo de tanto estrés, noches sin dormir y angustia que, como aseguran los expertos, no conducen a nada. La evaluación continua cuenta con tantos defensores como detractores en el sistema educativo.

"Los exámenes están muy concentrados y es una locura porque tenemos que coordinar un montón de asignaturas. Desde hoy, que he tenido el examen de Marketing de Servicios, hasta el 1 de julio no voy a parar. Tenemos dos o tres cada semana", explica Kamala Stürckow Castillo, sevillana de 24 años que cursa la licenciatura de Marketing en la Universidad de Sevilla. "Mi carrera es por créditos, así que las asignaturas son cuatrimestrales y nos examinamos de todo al final de cada una. Los que todavía tienen el plan antiguo lo tienen más fácil. Pueden seguir examinándose por parciales y, si suspenden, recuperar en junio; mientras que si yo suspendo un cuatrimestral me queda para septiembre", explica Kamala.

¿Método de estudio? A esta pregunta, Kamala responde con sinceridad: "Hasta un mes antes de los exámenes no me pongo de verdad a estudiar, aunque voy mirando cada día los temas y procuro no faltar a clase. No lo hago antes porque trabajo, pero el 80% de la gente de mi clase no trabaja y tampoco estudian antes. Me pongo un objetivo cada día e intento cumplirlo", explica la estudiantes que este mes se pasa los días enteros en la biblioteca de Ciencias de la Comunicación.

Andrea Medina, sevillana de 12 años, estudia 1º de ESO en el Instituto San Isidoro de Sevilla y mañana tiene un examen de Matemáticas y otro de Educación Física. "Estoy tranquila mientras estoy estudiando, pero cuando llego al examen me pongo nerviosa. Leo las preguntas y contesto primero las que me sé. Cuando voy desarrollando el examen, se me pasan los nervios. Yo prefiero los exámenes a la evaluación continua", comenta Andrea, que es una buena estudiante y el año pasado tuvo un 8,5 de nota media.

Su padre, Luis Medina, es profesor de Educación Especial en Sevilla, y está convencido que ahora los estudiantes no "viven con angustia" el trago de los exámenes. "Hay alumnos que se esfuerzan, pero tienen dificultades intrísecas o derivadas del ambiente familiar y no obtienen buenos resultados. Sin embargo, a muchos no les importa, pasan por la Secundaria como un mero trámite, porque saben que cuando cumplan los 16 años tienen otras opciones como Formación Profesional", asegura Luis Medina.

José María Mesa Siles, presidente de la Codapa (Confederación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Andalucía), aboga por la evaluación continua porque "valora el esfuerzo de todo el curso". "Los padres deberían implicarse más, ayudarles y hacer un seguimiento contínuo de los estudios de sus hijos", añade.

Para Enrique Valdivieso, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, el examen es "el mejor sistema". "El estudiante tiene que aprender lo que es el esfuerzo, la dificultad y el sacrificio, no ésta especie de carrera sin obstáculos en la que se está convirtiendo la enseñanza", apunta Valdivieso.

"Los alumnos no tienen conciencia de lo que es el trabajo diario y se enfrentan mal a los exámenes. Lo preparan el día antes, sin entender que el examen es el instrumento que tiene el profesor para saber si han asimilado ciertos conocimientos, saben reflexionar y desarrollar una idea", añade Ismael Díaz profesor de Lengua y Literatura en el IES Nestor Almendros de Tomares (Sevilla).

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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