_
_
_
_
Reportaje:FÚTBOL | Osasuna-Betis, final de la Copa del Rey

Final inédita, final de siempre

Osasuna y Betis se enfrentan en su particular partido del año, una ocasión única para hacer historia

Santiago Segurola

Nada derriba a una final de Copa, ni siquiera el formato de un torneo que hace todo lo posible por desprestigiarse. Osasuna y Betis llegan a Madrid acompañados por miles de seguidores, muchos de ellos sin entradas, ante la avalancha de peticiones para acudir al Manzanares. Atrás queda un año donde la Copa apenas ha encontrado eco, mal acomodada en el calendario, casi sepultada por la Liga y las competiciones europeas, en muchas ocasiones en medio del desinterés de las televisiones. Tampoco ayuda el carácter trashumante de la final, sin escenario fijo, con la pérdida simbólica que eso supone. Sin embargo, y por desnaturalizada que esté la Copa, la final siempre se agiganta. Es el partido más apasionado del año, el más festivo, el que concentra más emociones, el que convierte al fútbol en algo más que un deporte. Es la final de Copa, nada menos. Siempre ha sido así y es difícil que cambie, a pesar de la desastrosa gestión del torneo. Pero para los aficionados de Osasuna y Betis es el partido del año, una ocasión para hacer historia.

Más información
Aguirre o la obsesión por la elegancia
"Sentir, sufrir, luchar y ganar"
El novato Elía quiere emular a Dudek
El palizón de Oliveira

Llegan a la final dos equipos de larga tradición en el fútbol, con una leal adhesión de sus seguidores. Son dos equipos que se distinguen por unas marcadas señas de identidad, también identificadas en su juego. A un lado, el Betis, ganador de la final de 1977, partido inolvidable que figura entre las fechas más celebradas del club. Ganó al Athletic una semana después de celebrarse las primeras elecciones democráticas tras el franquismo. Ganó con un excelente equipo, el de Esnaola, Cardeñosa, Megido, López y Alabanda. Tampoco le faltan buenos futbolistas ahora. Tiene buenos españoles y magníficos extranjeros. Con Joaquín, Juanito, Oliveira, Edu y Assunção dispone de soluciones en todas las zonas. Después de conseguir la clasificación para la Liga de Campeones, el Betis acude como favorito frente a un rival que se distingue por su capacidad de sacrificio, por una voluntad feroz que incomoda a todos los equipos.

Por tradición se podría hablar de dos maneras opuestas de interpretar el fútbol. Osasuna representa el norte, el juego directo, combatitivo, sin demasiadas concesiones estéticas. Durante décadas, el Betis ha representado el ingenio imprevisible, la intermitencia, la clase que a veces no emergía. Ahora, bajo la dirección de Serra Ferrer, ha perdido bastante de ese perfil para convertirse en un conjunto contragolpeador, bastante atento a blindarse defensivamente y a sacar provecho de la velocidad de sus delanteros, especialmente Joaquín y Oliveira, y de los pequeños detalles que muchas veces son decisivos en los partidos. En este sentido, el brasileño Assuncao ha sido crucial con sus famosos tiros libres. No sólo le ha dado victorias al Betis, sino que ha generado una preocupación enorme en sus adversarios, cada vez más aterrados ante la idea de cometer faltas a menos de 30 metros del portero.

Osasuna: Elía; Expósito, Cruchaga, Josetxo, Clavero; Puñal, Pablo García; Valdo, Webó, Delporte; y Morales.

Betis: Doblas; Melli, Juanito, Rivas, Luis Fernández; Arzu, Assunção; Joaquín, Fernando, Edu; y Oliveira.

Estadio Vicente Calderón (21.00, Telecinco).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_