El palizón de Oliveira

Con 20.000 kilómetros en las piernas y ni un solo minuto jugado contra la selección argentina la madrugada del pasado jueves, Ricardo Oliveira se incorporó a la concentración del Betis cerca de las tres de la tarde de ayer. "Estoy bien físicamente, sin ningún problema y tengo ganas de jugar", aseguró tras su llegada al hotel de los hispalenses.

El máximo goleador bético, con 22 tantos, y uno de los puntales de del equipo verdiblanco junto a los libres directos de Assunção, reconoció que fue un mero comparsa en el partido jugado en Buenos Aires con la selección brasileña. "Sabía que contra Argentina no me iban a poner por el tema de la final", explicó, y aclaró que por esa razón su centro de interés estaba en los preparativos de la misma.

Ayer, mientras sus compañeros terminaban la comida, el máximo exponente de los contragolpes béticos entraba al hotel para ponerse a las órdenes del técnico Llorenç Serra Ferrer. Durante el entrenamiento de la tarde, realizó los mismos ejercicios que el resto de la plantilla ya que aseguró no necesitar ningún trabajo especial de recuperación. Y es que el jugador solicitó que el viaje desde Argentina, de más de nueve horas de duración, se retrasase a la noche para así poder dormir a lo largo de todo el trayecto.

A pesar del lógico cansancio que acumula tras su periplo con la canarinha, Oliveira pide para sí el protagonismo en su equipo: "Asumo la responsabilidad de que soy el delantero y que tengo que marcar los goles. Tengo muchas ganas de darle un título al equipo".