El bien y el mal
Este volumen del polaco Stanislaw Lem (Lvov, 1921) está compuesto por dos reseñas de libros inventados, género que el autor ya había cultivado en Vacío perfecto. La primera parte, Provocación, es un demoledor ensayo ficticio cuya confección data de finales de los años setenta y viene a ocuparse del libro apócrifo El genocidio, escrito por el imaginario historiador alemán Horst Aspernicus. Para Aspernicus los crímenes del nazismo fueron la consecuencia de una "rebelión contra Dios", fundados en los sórdidos postulados del kitsch y sus reflexiones no se inscriben en la denuncia ortodoxa del Holocausto, sino que "en ropaje de predicador, quiere reabrir las heridas con la esperanza de evitar nuevos holocaustos". No obstante, dejar sin respuesta muchos interrogantes, como la visión que tienen del Holocausto aquellos que no lo vivieron, o aquellos que lo vivieron sin ser judíos, su argumentación pretende escrutar la asimetría entre el bien y el mal. El segundo artículo, Un minuto humano, es un texto entretenidamente maquiavélico basado en una estadística sincronizada sobre lo que ocurre en el mundo en ese intervalo de tiempo, donde a manera de insospechado inventario, se desgrana un cálculo de probabilidades y cifras sobre el destino absurdo de la humanidad. No es la clase de libro que podrían esperar los seguidores del autor de Solaris, aunque si consiguen superar el retrato de la razón enjuiciada así como la máxima de la Ley de Lem, esa que dice que nadie lee nada, si lee, no comprende nada, si comprende, lo olvida enseguida, seguramente sus legítimas expectativas se verán literariamente compensadas.
PROVOCACIÓN
Stanislaw Lem
Traducción de Joanna Bardzinska y Kasia Dubla
Funambulista
Madrid, 2005
155 páginas. 13,95 euros
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.