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Un especialista pide más coordinación en la atención a enfermos de sida

Chamizo reclama una mayor implicación de la administración

"El sida ha pasado de moda", advirtió ayer Antonio Vergara, médico y vicepresidente de Hogar Gerasa, organización dedicada a atender a enfermos contagiados por el VIH. Vergara dijo que, aunque haya desaparecido del debate público, todavía hay mucho que hacer, entre otras cosas, conseguir una mayor coordinación entre asociaciones y administraciones para aumentar las oportunidades de los pacientes.

El Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, también reclamó a las administraciones una mayor implicación durante unas jornadas celebradas en el Hogar Gerasa para analizar el primer año trascurrido desde que la organización firmó, con la Consejería de Asuntos Sociales, un convenio que ha permitido a sus responsables dar estabilidad económica a su trabajo y volcarse en la atención a los enfermos.

La ayuda de la Junta de Andalucía llegó en un momento muy delicado, cuando el escaso compromiso de las administraciones estuvo a punto de poner fin a su labor. "Ha sido un año en el que nos hemos podido despreocupar de buscar subvenciones y ayudas para sobrevivir. Ahora nos centramos en el motivo real por el que empezamos a trabajar", aseguró Vergara. Tras la llamada de auxilio de Gerasa, la Junta decidió modificar los conciertos de ayudas para incluir a las casas de acogida de enfermos de sida.

Hogar Gerasa nació en 1996 y ha atendido a cerca de 400 pacientes. En estos momentos, las instalaciones gaditanas tratan a 26 enfermos. No sólo se presta un servicio de hospedaje sino que también hay un dispositivo sanitario, educativo, psicoterapéutico y rehabilitador. Chamizo, invitado a las jornadas, alabó el trabajo de la asociación. "En todas las provincias andaluzas, hay un casa para atender a estos pacientes. Muchas han surgido de la experiencia de Gerasa".

Chamizo coincidió con Antonio Vergara en que el sida ocasiona problemas sin resolver. Para el defensor, es necesario esforzarse por corregir algunas deficiencias todavía existentes. Por ejemplo, que en las casas puedan establecerse diferencias de perfiles entre las personas atendidas. "No es lo mismo tratar con un joven drogadicto que se está desintoxicando tras una etapa de marginación, que a una persona que se ha contagiado por contacto sexual pero a la que su familia repudia. Necesitan servicios distintos", aseguró.

Enfermedad "social"

Según explicó Antonio Vergara, además de padecer una enfermedad, a los residentes les tienen que tratar del "sida social". Porque algunos han sido arrastrados al laberinto de la droga. Porque son víctimas de la marginación y de la exclusión.

El vicepresidente de Gerasa se siente satisfecho del trabajo realizado, aunque cree que hay tareas en las que se puede mejorar. Fundamentalmente, en ayudar al enfermo ya rehabilitado en el momento en el que debe abandonar el centro. "Es una encrucijada en la que estas personas se encuentran totalmente perdidos. No saben qué recursos tienen para salir adelante, si pueden contar o no con alguien ni adónde deben dirigirse para reclamar ayuda".

Las jornadas iniciadas ayer continuarán hoy con la organización de un taller dirigido a pacientes de VIH con el objetivo de abordar problemas cotidianos: su imagen corporal, las trabas para recibir tratamiento, los cambios continuos en su vida o la dificultad de encontrar pareja. Ayer también se preparó un seminario dirigido a formadores. La actividad se centró en la importancia de comunicarse bien. Perfeccionar las relaciones con los enfermos para saber cómo tratarles y atenderles.

Ahora que la asociación ha conseguido la estabilidad económica gracias al consorcio firmado con la Consejería de Asuntos Sociales hace un año, el Hogar Gerasa busca nuevos retos. Tratará de fomentar en la sociedad una mayor conciencia para evitar que los enfermos que son atendidos en su centro sean rechazados. Procurarán también recordar que el sida sigue existiendo. Y que va dejando víctimas, a las que se puede ayudar frente al olvido.

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