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Reportaje:TENIS | Rafael Nadal busca su consagración en el torneo de Roland Garros

Zurdo contra zurdo

Josep Perlas, entrenador del argentino Guillermo Coria, analiza a los protagonistas de la primera final entre dos jugadores no diestros desde 1952

El hecho de que dos tenistas zurdos como Rafael Nadal y el argentino Mariano Puerta se enfrenten en una final de un torneo del Grand Slam es totalmente atípico. En Roland Garros hay que remontarse a 1952: Jaroslav Drobny (checo, ganador)-Frank Sedgman (australiano). Pero, por supuesto, no es una situación nueva para el manacorí, que lleva siete victorias consecutivas sobre adversarios no diestros desde que perdió contra el madrileño Feliciano López en Basilea en 2003. En realidad, quien a partir del lunes será el tercero, si gana hoy, o el cuarto, si pierde, en la clasificación mundial suma 23 triunfos seguidos desde que en marzo perdió en Miami ante el suizo Roger Federer. Después ganó los torneos de Montecarlo, Barcelona y Roma y ahora aspira al de París. Puerta, de 26 años, estaría entre los diez primeros, de vencer, o, si no, sería el undécimo, un gran salto desde su 37º lugar inicial. Su progresión ha sido fulgurante desde que volvió a las pistas tras su dopaje en 2003. Este año jugó la final de Buenos Aires y ganó en Casablanca. Josep Perlas, entrenador del argentino Guillermo Coria, finalista en París 12 meses atrás, analiza para este periódico a los dos contendientes.

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Nadal, imparable

- Dos zurdos en la pista. Cuando se enfrentan entre sí, los zurdos, se incomodan. La misma sensación que tuvo Federer el viernes contra Nadal la tendrán hoy tanto Nadal como Puerta. Las bolas y los ángulos con que les llegarán serán distintos a los que están habituados. Jugarán, pues, con cierta incomodidad. La única ventaja es que les ocurrirá lo mismo a ambos.

- Un drive diferente. Mientras Nadal lo pega siempre muy liftado, abre más ángulos y echa para atrás a su rival por su peso de bola y porque al botar se levanta mucho, Puerta tiene un drive pesado y seco. Lo tira con menos efecto que Nadal, pero es un golpe rápido y profundo que hace mucho daño. Si la cancha está húmeda, la pelota de Nadal botará menos y será menos dañina. Pero el mallorquín tiene un escaso margen de error, muy inferior al de Puerta, con este golpe.

- El revés a una mano. Nadal pega el revés a dos manos y Puerta sólo a una. Es un buen golpe para los dos. La diferencia está en que Puerta puede tirar sin problemas a todas las direcciones. A Nadal le cuesta un poco cargar este golpe de efecto y en ocasiones, cuando se disputan puntos importantes, se escora hacia la derecha para poder entrar con él.

- Los golpes en la red. Aunque tiene mucho margen de mejora en los golpes en la red, Nadal saca mucho rendimiento de ellos y sabe utilizarlos para cerrar los puntos. Creo que el doble le ayudó mucho a mejorar este aspecto de su juego. A Puerta le cuesta mucho más subir a volear. Se lo piensa dos veces porque sabe que allí no cuenta con sus mejores armas y, además, dosifica mucho su esfuerzo y se ahorra todos los pasos que puede para llegar entero al final del partido.

- La cuestión física. En este sentido, Nadal no tiene rival. Es un jugador que derrocha esfuerzo desde la primera bola hasta la última. No tiene problemas porque se siente muy fuerte y, realmente, lo es. En los finales de los partidos es cuando más se nota la entereza de Nadal, en contraste a cómo suelen llegar todos sus rivales. El partido contra David Ferrer fue un buen ejemplo de ello. Puerta, en cambio, necesita dosificarse mucho porque, aunque ha progresado mucho, sabe que ha sufrido mucho más en su camino hasta la final y que no ha alcanzado todavía la mejor condición física para afrontar un torneo de dos semanas.

- Un saque muy distinto. El de Nadal es notablemente superior al de Puerta. Saca a un buen nivel y es constante con este golpe. Y ahora puede dar incluso más velocidad a la pelota y lograr algunos aces, como demostró contra Federer: llegó a sacar a 205 kilómetros por hora. Puerta se limita a poner la pelota en juego y le cuesta sacar puntos gratuitos.

- El resto. Nadal lo recibe atrás y lo carga de efecto para hacerse ya de entrada con la iniciativa del punto. Puerta lo busca cuando está apurado, se coloca en la línea de fondo y lo pega con fuerza intentando poner presión. Pero no siempre lo consigue.

- La mentalidad. Puerta está viviendo un momento muy especial y se alimenta de eso. Pero cuando un tenista llega de forma tan sorprendente a una final de un gran torneo corre el peligro de creer que ya lo ha hecho todo. Seguro que los técnicos han trabajado este aspecto en Puerta. Nadal vive en el mismo caso, pero la diferencia es que el balear tiene la mejor mentalidad del circuito. Nadie le iguala en este aspecto. Y su fuerza mental intimida a los rivales ya el día antes del partido. Nadal, por otra parte, ha vivido momentos de presión, como la final de la Copa Davis con España, y ha superado en París todas las dificultades: Gasquet, Grosjean, Ferrer y Federer. Mi apuesta va por él.

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