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Crónica:TENIS | Final de Roland Garros
Crónica
Texto informativo con interpretación

Nadal, imparable

El tenista español derrota al argentino Mariano Puerta por 6-6 (8-6), 3-6, 1-6 y 7-5, y se adjudica en Roland Garros su primer título del 'Grand Slam'

El tenista mallorquín Rafael Nadal ha logrado, con 19 años recién cumplidos, su primer gran torneo sobre la pista de tierra batida de Roland Garros, al derrotar con contundencia al argentino Mariano Puerta. Perdió el primer set, descentrado después de que su rival parará el partido para ser atendido de una lesión en el muslo, pero una vez recuperado aguantó desde el fondo de la pista los golpes agresivos de Puerta y le derrotó 6-6 (6-8), 6-3, 6-1 y 7-5.

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Éste es el primer título del Grand Slam para el mallorquín, el quinto del año (Acapulco, Costa do Sauipe, Montecarlo, Barcelona y Roma) y el sexto de su carrera (en 2004 ganó en Sopot). Hasta ahora ocupaba el quinto puesto en la clasificación de tenistas de la ATP (Puerta era el 37º), aunque habrá que esperar a la revisión tras Roland Garros para ver cómo queda en el escalafón. La Copa de los Mosqueteros se la ha entregado el futbolista francés del Real Madrid Zinedine Zidane, ante la mirada de los Reyes de España, que han viajado a París para asistir a la final.

Volea en plancha

Pese a que tenía el viento a favor y un porcentaje de aciertos en el saque que rondaba el 80%, frente al 60% de su rival. Pese a que el partido estuvo interrumpido varios minutos para que Puerta fuera atendido y vendado por molestias en el abductor de su muslo derecho. Pese a que comenzó el partido rompiéndole el servicio, como habitúa. Pese a todo ello, Nadal perdió el primer set del partido en una hora y 12 minutos. Tras un inicio meteórico, Nadal tuvo problemas para salvar su servicio (incluso cometió una doble falta), y no encontró su lugar en el campo. Fue entonces, con 3-1 y 40-15, cuando Puerta tuvo que ser atendido por su preparador, y además de vendas debió darle de beber un tazo de brebaje mágico de la marmita del druida, porque salió como un cohete: le ganó el servicio, y pese a que Nadal aún logró un juego en blanco, espectacular ace incluido, el argentino desplegó un haz de golpes tremendos en ángulos muy dañinos para su rival y forzó primero el empate a cinco y luego a seis. En el tie break, igualado hasta la desesperación, venció el argentino por 6-8.

Nadal siguió descentrado, y aún así presionando al argentino hasta ponerle contra las cuerdas en el cuarto juego. Ambos ganaron su servicio hasta el 3-1; fue entonces cuando el español le rompió el servicio, tras disfrutar de cinco bolas de break (0-40) y sólo lograrlo en el desempate. Lesionado y desfondado, Puerta jugaba al ataque para forzar puntos cortos y no alargar demasiado el encuentro, pendiente de que no reaparecieran las molestias en su muslo; así, el español tenía que correr detrás de las pelotas del argentino, que nunca cedía la iniciativa. Sacó Nadal, y una vez más tuvo hasta tres bolas para ganar el juego con comodidad; a la tercera, falló Puerta. 4-1. Tan sólo manteniendo su servicio, y recuperado ya su nivel habitual tras el bajón que siguió a la lesión de Puerta, Nadal se anotó el segundo set a fuerza de presionar a Puerta con bolas profundas y liftadas para evitar sus garrotazos y provocar sus fallos. 14 errores no forzados había cometido el argentino hasta entonces, por ocho del español. Eso sí, al final del set el argentino brindó una de las jugadas del torneo, al devolver una volea tirándose en plancha.

La pócima mágica de Puerta

En el tercer set, los efectos de la poción mágica de Puerta se habían extinguido definitivamente. Nadal comenzó rompiendo con seguridad el servicio de Puerta, marcando un ritmo fuerte para aprovechar su buen momento, y se colocó 2-0. El argentino ganó el siguiente juego rápidamente, pero Nadal le devolvió el envite por duplicado: se anotó el suyo (salvando dos bolas de break), y le rompió el servicio (forzando el desempate y sentenciando a la primera). 4-1. Con Puerta arriesgando al máximo (y fallando), Nadal anotó su servicio (y sumó su sexto ace, rompió el del argentino de nuevo y se colocó a un paso de la gloria.

Según se le iban cerrando las opciones, Puerta ha ido afilando su juego, arriesgando hasta rozar lo desesperado. Al comienzo del cuarto set rompió el servicio de Nadal, algo que no conseguía desde el primero, y siguió presionando hasta el punto de reprocharle el excesivo tiempo que se tomaba entre punto y punto. Pero el mallorquín le devolvió la pelota, y se anotó luego su siguiente servicio (y colocó su séptimo ace). 3-2. Sin embargo, el argentino, pese a dar cada vez más muestras de cansancio, se rehizo y gozó de tres bolas de break. Las perdió. 4-3 para Nadal, que se convirtió en 4-4 tras un fulminante juego en blanco. Puerta se recuperó, le rompió el servicio al español, y le colocó contra las cuerdas. Pero Nadal le empató a 5-5 (subió a la red ha recoger por los pelos una dejada de Puerta, que se la devolvió, también pegado a la red, y aún Nadal la rechazó y luego el argentino la tiró fuera), y le finiquitó sin piedad, break incluido. Hoy por hoy, el español ha demostrado ser imparable.

Nadal levanta la Copa de los Mosqueteros tras recibirla de manos del futbolista francés Zidane, al fondo.
Nadal levanta la Copa de los Mosqueteros tras recibirla de manos del futbolista francés Zidane, al fondo.EFE

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